viernes, 28 de octubre de 2016

La incalculable herencia euboica: Eubea, Pitecusa y la helenización de Occidente


Para entender las principales especialidades y cualidades de las que disfrutaría la colonia de Pitecusa primero hemos de observar con detenimiento el desarrollo de la metrópolis, la isla de Eubea y es que Eubea disfrutará de un destacable desarrollo a finales del s. IX a.C. La polis de Eretria tenía un centro especializado en la producción de metales como objetos de lujo fabricados con bronce y trípodes (para ofrendas en templos), mientras que las excavaciones en la otra gran ciudad, Calcis, han confirmado una tendencia a la especialización en la metalurgia con hierro en toda la isla (D’Agostino, B. ,1985: 210). Este elevado nivel de artesanía en comparación con otras zonas del Hélade convirtió a la isla y sus ciudades en un importante punto de valor comercial.

Los mercaderes eubeos, en este dinamismo mercantil se convirtieron en intermediarios no solo de la producción insular de zonas e islas próximas llegando a alcanzar una zona de actividad que irá desde el Mediterráneo Occidental, con la colonia de Pitecusa y las costas etruscas hasta el Levante Mediterráneo, en el emporia de Al Mina creado por los mismos mercaderes eubeos en el 825 a.C., enclave que les daría un gran y fácil acceso a las preciadas mercancías orientales.


Distribución de skiphoi con semicirculos de producción euboica en la costa del Levante Mediterráneo (Ridgway, 1997: 212)

Durante este auge comercial se harían con el control de Corfú, que como bien explica D’Agostino:

“Corfú era la porta dell’Occidente e schiudeva la possibilità di avventurarsi lungo le coste de Salento o invece di raggiungere il capo Zefiro e lo stretto risalendo poi alla volta di Pitecusa.” 
(D’Agostino, B. ,1985: 211)

De hecho la decadencia comercial de Eubea comenzará con la pérdida de Corfú contra la pujanza comercial de Corinto (734-733 a.C.) y la fundación de Siracusa por estos mismos. Paralelamente en la isla surgirán conflictos entre las polis sumiéndola aún más en una mayor crisis política, económica y social. Esta crisis producirá un gran cambio del panorama comercial en el Mediterráneo, dando paso a la hegemonía mercantil corintia (aspecto que se tratará en una futura entrada sobre Siracusa y Corinto), pero sin hacer desaparecer la influencia euboica.

En este escenario comercial que se acaba de mostrar, Pitecusa ocupaba una papel cuasi protagonista, siendo un puerto seguro para alcanzar los potenciales y ricos mercados de Etruria, especialmente por la riqueza mineral de estos territorios (que contrasta con la pobreza minera de la Hélade), pero también al ser uno de los pueblos itálicos más avanzados política, social-económica y culturalmente tenían una mayor demanda de bienes de consumo y lujo, a la vez de una oferta comercial más rica e interesante. Esta estratégica situación además de sus puertos naturales, ha hecho pensar a muchos autores [como D’Agostini (D’Agostini, 1985: 228) o Ridgway (Ridgway, 1997: 125-128)] que el objetivo de su fundación fue comercial (como emporia), sin embargo los estudios más modernos señalan que esta debió ser la clásica fundación colonial o  apoikía (Dominguez-Monedero, 2001). Este ultimo aspecto es presentado con mayor profundidad en la entrada de esta semana de C. Rubio.

Pitecusa funcionará perfectamente como un centro de redistribución de las mercancías eubeas ya fueran provenientes de Occidente (como los metales etruscos) u Oriente (productos levantinos/sirios). Las cerámicas griegas o de estilo griego tan comunes en las tumbas etruscas, especialmente en la zona de Veio, son eubeas o de imitación o influencia de estos. Incluso las piezas orientales encontradas en Etruria pasaron por manos de comerciantes eubeos y por fuerza por los puertos de Pitecusa.

Piezas encontradas en necrópolis etruscas, de producción local, que imitan el estilo euboico  (D’Agostino, B. ,1985: 225) 


Copas chevrois (arriba) y skýphoi (abajo) todas halladas en las necropolis de Veio, Etruria.  (Ridgway, 1997: 163 y  D'Agostino,  1985: 222)  

La colonia no tuvo un papel pasivo en este comercio, desarrolló una gran producción artesanal gracias a la herencia de conocimiento de las metrópolis de Eubea. Una de estas herencias artesanales, y probablemente la más exitosa para el comercio de ese área fue la artesanía metalúrgica que como hemos visto en la anterior entrada de M. Ruiz Vega, se han encontrado algunos  de los complejos industriales/artesanales de la zona suburbana, además de restos de estas mismas producciones, destacándose las fíbulas y una pesa de estatera euboico-ática (de 8,72 gr) que serviría para pesar metales preciosos (Ridgway, 1997: 119) pudiendo así determinar cantidades para la producción de fíbulas y otras mercancías de orfebrería. Estas piezas y sus estilos bien acabados, gracias a la gran técnica eubea, debieron generar gran demanda entre los pueblos itálicos.

Resto de fíbula y cerámica encontrada en los niveles del complejo industrial de Mezzavia (Ridgway, 1997: 121)

Los numerosos restos cerámicos encontrados tanto en la necrópolis, el basurero de la acrópolis y el complejo industrial (de nuevo, me remito a la anterior entrada de M. Ruiz Vega) demuestran que los elementos cerámicos tuvieron una alta importancia dentro de la economía de la colonia, tanto importada como producida localmente. Los productos de los alfareros eubeos emigrados descubiertos en Pitecusa sufrieron en mayor o menor medida la influencia de los estilos habituales de Corinto y Atenas (aunque esta tendencia también ocurrió paralelamente en Eubea) e incluso orientales. Esto hizo surgir preciados estilos locales con mucha personalidad y, para Ridgway, “a veces incluso un tanto extravagantes” (Ridgway, 1997: 121-122 y 127).

Entre los restos anteriormente mencionados se han encontrado numerosos restos provenientes de Oriente, concretamente centenares de amuletos y pequeños adornos encontrándose buena parte de estos en los enchystrismoí de recién nacidos o en inhumaciones en fosa de niños, destacándose los escarabeos y sellos. Asimismo Pitecusa es el yacimiento griego en el que más escarabeos de porcelana de tipología egipcia se han encontrado.

Sellos de escarabeos. A la izquierda uno encontrado en Pitecusa; a la derecha otroencontrado en Falerii (Etruria) (Ridgway, 1997: 162)
Esta excepcional situación nos hace teorizar que no solo nos encontramos ante unas amplias redes comerciales, sino que, como F. De Salvia afirma, esto demostraría la “unión comercial y cultural” (Ridway, 1997: 88 cit. De Salvia, F. “I reperi di ripo egizio di Pithekoussai: problemi e prospective”, en Contribution, pp. 87-97) que unía el empórion de Al Mina con la colonia euboica al adoptar no solo elementos materiales (algunos imitaciones levantinas) sino también rituales y aspectos culturales. De hecho, no es de extrañar que tengan claras evidencias, no solo de estas estrechas relaciones comerciales con Oriente sino también de la presencia de algunos residentes orientales en la colonia (Ridgway, 1997: 140).

La concentración de objetos y conocimientos artesanales tan variados hizo que Pitecusa produjera diversos tipos y estilos de mercadería según la demanda Etrusca, incluida gran parte de la producción del periodo orientalizante etrusco.

Otro interesante aspecto comercial que resalta la complejidad de las redes y relaciones de esta colonia es el de la obtención de metales. La isla de Ischia, de tipo volcánico, carece por completo de suministros suficientes para abastecer las producciones metalúrgicas locales, especialmente de metales como el oro y la plata. Muchos autores han teorizado sobre las fuentes, se ha hablado de la Iliria Meridional (de gran interés para los mercaderes euboicos); otra, relativamente cerca es Cerdeña y con demostrados contactos comerciales (cerámica eubea probablemente producida en Pitecusa). Una teoría presentada por B.B. Sheldon, y bastante aceptada, es que los que abastecían de plata a los orfebres de Pitecusa eran los fenicios provenientes de las ricas tierras de Tartesos y Cerdeña.

Mapa principales extracciónes metaliferas en Etruria y Elba.

Otros elementos como el cobre y el estaño, para la producción de bronce, probablemente los obtuvieran de la isla de Elba y sobre todo de los núcleos metalíferos bajo control etrusco. Todo este transporte requería una importante mano de obra, especialmente si este debía ser regular para que se consiguiera una cierta rentabilidad comercial (más aún si sumamos la tala para alimentar las forjas con madera). Estos procesos de extracción en Etruria y Elba y el envío de los metales a nodos comerciales se mantuvo, probablemente de forma casi idéntica, hasta época romana tal y como señala Diodoro sobre las extracciones en Elba:

“posteriormente [los lingotes] son comprados, a cambio de dinero o mercaderías, por mercaderes, que las transportan a Dicearquia [Puteoli=Pozzuoli] o a otros centros comerciales, donde hay personas que adquieren el cargamento y que, con la ayuda de una multitud de artesanos del metal que previamente se han encargado de reunir, continúan su elaboración y fabrican objetos de todo tipo y forma” 
(Diodoro Sículo, V, 13).

Para Ridgway las pocas zonas por ahora excavadas ya han demostrado de forma suficiente la importancia de Pitecusa en el s. VIII a.C.  Como cuartel general en Occidente de una vasta red comercial euboica además de importante centro industrial; sin embargo estos restos no serían más que la “punta del iceberg” del total de la complejidad pitecusana (Ridgway, 1977: 127-128).

Por todos estos factores, además de la diáspora de artesanos que se expandió desde Pitecusa (D’Agostini, 1985: 228) podemos hablar de Pitecusa como un brillante motor de helenización de la zona del Tirreno y elemental para la aparición de la cultura orientalizante en Etruria. Irónicamente esa posición como motor de helenización sería heredada a su vez por Cumas (otra colonia eubea) tras el abandono de Pitecusa a causa de duros terremotos hacia el 720 a.C.


Bibliografía:

D’AGOSTINO (1985):”I paesi greci di provenienza dei coloni e le loro relazioni con il Mediterraneo Occidentale”, Pugliese, G. (coord.) Magna Grecia, Electa, Milano, 209-244.

DOMINGUEZ-MONEDERO, A. (2011): "The origins of Greek colonisation and Greek polis: some observations", Ancient East and West. Vol. 10, Leuven, 195-207.

DUNDABIN, T.J. (1968): The Western Greeks: The history of Sicily and South Italy from foundational of the Greek colonies to 480 B.C, Oxford Universiy Press, Oxford.

GRECO, E. (1985): “Topografia archeologica della Magna Grecia”, Pugliese, G. (coord.) Magna Grecia, Electa, Milano, 245-264.

PUGLIESE, G. (coord.) (1985): Magna Grecia, Electa, Milano.

PUGLIESE, G. (coord.)(1996): Magna Grecia: Lo svilupo político, sociale ed económico, Electa, Milano.

RIDGWAY, D. (1997) El alba de la Magna Grecia, Crítica, Barcelona.

Recurso Web: 
http://www.pithecusae.it/colonia1.htm


Carlos Palacín



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