Gracias a las diferentes campañas de excavación
desarrolladas en la necrópolis de San Montano, los investigadores han
atestiguado que durante los cincuenta años que dura este periodo euboico, son
cinco los tipos de rito fúnebre realizados:
·
Inhumaciones en
tumbas de fosa con piezas de ajuar.
- · Inhumaciones en ánforas (enchytrismoi).
- · Inhumaciones en tumbas de fosa sin piezas de ajuar.
- · Cremaciones bajo túmulo con piezas de ajuar.
- · Cremaciones bajo túmulo sin piezas de ajuar.
Como observamos, solo en tres de estos cinco ritos se
realizan ofrendas o se depositan piezas, siendo un total de 1.662 las
encontradas, siendo entre ellas más común las inhumaciones que las cremaciones.
Dentro de todos estos ritos fúnebres, gracias a los diferentes exámenes
realizados a esqueletos y dentaduras se ha podido establecer una serie de
normas generales. De este modo el rito de inhumación con piezas de ajuar se
reserva para niños jóvenes de ambos sexos, mientras que las cremaciones con o
sin piezas de ajuar parecía estar destinado a una población mucho más madura.
(RIDGWAY. D, 1997: 68).
Antes de realizar una descripción de las piezas más relevantes
encontradas en las excavaciones, es necesario describir brevemente los propios
ritos fúnebres. El rito fúnebre de los habitantes adultos de Pitecusa por lo
general era la cremación de los cadáveres junto con los objetos ofrendados que
serán enterrados junto con las cenizas del difunto. De donde se encuentra hoy
en día la ustrina, conocido para
nosotros como crematorio, no se tienen pruebas claves, pero es posible que
estos ritos cargados de religiosidad se realizaran en un lugar determinado, a
pesar de que las piras funerarias podían ser situados donde se deseara. [1]
Tras la incineración de cadáver, las cenizas, conforme dice el rito eran
apagadas con vino antes de ser depositadas en una fosa de poca profundidad con
una forma más o menos circular.
Como se manifiesta en el principio de esta entrada, el
otro rito era el de la inhumación de los cadáveres, siendo algo común en
adultos, pero son acompañamiento de piezas, siendo el ajuar más rico en los
casos de enterramiento infantil tanto en fosa como en ánforas. (RIDGWAY. D,
1997: 71).
Escogeremos para comentar los ritos de carácter
infantil. Ya que es enorme el número de enterramientos infantiles, dejando
claro de este modo el alto nivel de mortalidad infantil durante el siglo VIII.
Los jóvenes lactantes fallecidos eran introducidos en ánforas, sustituidos a
veces por simples vasijas de cocina (chýtra),
dando origen al término de enchytrismós,
empleado con frecuencia para designar este rito.
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Lámina 1. Pitecusa, necrópolis de San Montano. Túmulos de cremación en proceso de excavación |
Los fetos o los jóvenes eran depositados por la boca
del ánfora en la mayoría de los casos, pero si estas no eran del tamaño
adecuado se recurría a otra entrada. Se realizada así en la zona más ancha del
recipiente una ventanilla por la que fueran introducidos, colocando
posteriormente en su sitio el material cortado, aunque en otras ocasiones no
eran tan cuidadosos y preferían colocar un trozo de ánfora de mayor tamaño.
Esto última era igual en el cierre de la tapa principal de la vasija, a menudo
cerrada con una piedra o con un cascote. Finalmente, el ánfora era depositado
en la fosa. En cuanto a los niños mayores o adolescentes, estos eran enterrados
en fosas rectangulares. Junto a los cadáveres eran depositados los objetos del
ajuar si los tuvieran, todo ello dentro de un ataúd de madera que sería
cubierto por tierra. Después, Ridgway argumenta que es posible todos estos
enterramientos fueran señalados con piedras, desarrollando así túmulos que se
han ido en ocasiones pegando unos a otros, manifestando así que los conjuntos
funerarios podían ser pertenecientes a una unidad familiar, creando así
parcelas de propiedad, algo que el directo de las excavaciones Giorgio Buchner
deja claro en una de sus descripciones. (RIDGWAY. D, 1997: 74-75)[2]
Los hallazgos
Son cuantiosos los descubrimientos llevados a cabo en
las excavaciones de San Montano entre 1952-1961, en este apartado describiremos
lo más relevantes y que son celebres dentro de los objetos del periodo euboico.
Uno de los más importantes es una kotýle
importada de Rodas, situada en una tumba de un joven de 10 años. Esta pieza
esta ricamente decorada con tres líneas de texto en verso colocadas en la pared
exterior, siendo la segunda y la tercera hexámetros épicos. “El texto en
cuestión, que constituye un desafío jocoso a la famosa del anciano y prudente
Néstor, homérico soberano de la arenosa pilos, reza así”:
La copa de Nestor
era sin duda óptima para beber, más de aquel que bebiere de esta otra, se
apoderara al punto el deseo de Afrodita de hermosa corona.
Esta inscripción es no solo uno de los ejemplos más
antiguos de escritura griega posmicénica de todo el mundo helénico que ha
llegado hasta nosotros, sino también el primer fragmento conocido de poesía de
los tiempos de Homero que se ha conservado en su época original. (RIDGWAY. D,
1997: 80)
De este fragmento poético pasamos a uno pictórico.
Encontramos así una cratera de fábrica local pitecusana donde se refleja un
naufragio. Esta obra es el ejemplo más antiguo de pintura figurativa sobre
cerámica que se haya encontrado en Italia. Su dibujo muestra un barco volcado
que conserva su remo de gobierno. Los marineros caen al mar donde se muestra la
tragedia, siendo devorados por un pez gigante, el cual ya tiene entre sus
fauces la cabeza de uno de ellos.
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Lámina 3. Escena pintada en una cratera loca. "El naufragio de Pitecusa" |
Fue en la primera seria de excavaciones el momento de
hallar estas obras, pero la segunda campaña no fue menos, encontrando entre
otras piezas una hermosa lékythos pintada,
decorada con un árbol sagrado flanqueado con dos machos cabríos rampantes. No
olvidemos que también gracias a estas excavaciones se han descubierto decenas
de arýballoi, jarritas en las que se
depositaban ungüentos perfumados. Un número ingente de cerámicas son las que
han aparecido, de las cuales no podemos hablar por separado ya que la magnitud
del escrito sería enorme.
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Lamina 4: a la inzquierda Oinochóe local de la tumba 490. En el centro, arriba, pequeña lékythos cónica, abajo, arýballos. A la derecha, lékythos fenicia. |
En los enterramientos de San Montano no solo la
producción cerámica es un elemento destinado al ajuar de los difuntos, sino que
también han sido numerosos los hallazgos de amuletos y pequeños adornos
realizados en diferentes materiales, la mayor parte de ellos destinados a
inhumaciones de niños o de recién nacidos. Estas piezas tenían diferentes
procedencias, al igual que las numerosas cerámicas, siendo el próximo oriente
el más habitual.
Como mención espacial en este caso, podemos hablar de
unos sellos escaraboideos incisos sobre serpentino rojo o verde. Estos
pertenecen a la variedad fabricada en Siria septentrional o en Cilicia y que se
conocen como el “grupo del tañedor de la lira”. Estas piezas no solo han sido
encontradas en San Montano, sino que el mundo helénico parece está plagado de
su presencia, haciendo aparición en lugares tales como Tebas, Delos, Paros,
Creta, Corinto o Esparta entre otros.
(RIDGWAY. D, 1997: 82-90)
La elección de los objetos realmente únicos que
acabamos de mencionar resultan claros ejemplos de las relaciones que Pitecusa
mantenía con diferentes culturas durante el periodo que comprendemos,
enriqueciendo con ello su acervo material. Queda patente esta relación con el
elemento indígena a través de los diferentes adornos personales, realizados en
plata, bronce o hierro, piezas halladas en muchas de las tumbas. Dentro de este
panorama encontramos fíbulas, brazaletes o colgantes coetáneos, provenientes de
lugares como Etruria.
Todos estos ricos descubrimientos arqueológicos,
colocados en diferentes tumbas, unido a la anteriormente comentada disposición
de los túmulos cubiertos de tierra y piedras, hace pensar a los investigadores
que dentro del conjunto de las unidades familiares es posible que se
manifestara una clara estratificación social en la Pitecusa euboica. Pero los
datos obtenidos, a pesar de manifestar esta estratificación social, no son
concluyentes en cuanto a observar una elite inmediatamente reconocible.
(RIDGWAY. D, 1997: 94-104)
Bibliografía:
- - RIDGWAY. D, El alba de la Magna Grecia, Crítica, Barcelona, 1997.
Alejandro Sastre Laso
[1]
Es interesante saber que,
durante el transporte a la necrópolis, las cenizas y los objetos cremados eran
transportados juntos lo que en ocasiones concluía en que ciertos fragmentos se
perdieran, apareciendo de este modo descontextualizados de su verdadero lugar
de descanso. (RIDGWAY. D, 1997: 70)
[2] Estos
túmulos en ocasiones se han colocado sobre otros ya existentes más antiguos.
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