En diferentes ocasiones, a lo largo de las entradas
sobre santuarios, hemos observado que la atribución de ciertos recintos
templarios goza de ciertas complicaciones. Estas, la mayoría de las veces
obtiene respuesta a través de los materiales anexos hallados en el interior de
estos o en sus cercanías. En la neápolis
de Ampurias ocurre ciertamente lo mismo, pero hubo un punto en el cual la atribución
se complicó debido al hallazgo de restos pertenecientes a varias divinidades,
Asclepio y Serapis.
Primeramente, conozcamos a Asclepio, el dios salvador,
el dios de la Medicina y su culto. Este semidiós es hijo del dios de la salud,
Apolo y de Corónide, de la cual fue arrancada muerta el feto aun no madurado.
(GRIMMAL 2008: 55-56) Tras ello el joven llego a manos de Quirón quien se encargó
de enseñarle los dones de la medicina, don que llevaría hasta sus extremos
llegando a resucitar a los muertos, algo que encolerizo a Zeus y que le causa
de su muerte. Los orígenes del mito también guardan disputas en cuanto a
atribuciones ya que Tesalia, lugar de origen de su madre y Epidauro, lugar de
uno de sus santuarios más grandes, disputan la primacía del arranque de este
semidiós. (GONZÁLEZ 2007: 59)
El culto a la divinidad de la medicina parece
evolucionar muy lentamente, adquiriendo una mayor complejidad en torno a los
siglos IV y V a.C, siendo a finales de este último siglo cuando quedan
perfectamente organizados en grandes complejos templarios, mitad santuario,
mitad hospital. (GONZÁLEZ 2007: 62) Estos recintos eran colocados en lugares
secos y altos, buscando aires frescos y sanos con climas benignos, donde los
enfermos pudieran tomar baños de aguas terapéuticas. Los bosques de pinos
parecen ser lugares idóneos para el asentamiento de estos santuarios, donde
también encontramos desorbitantes jardines de donde se obtenían todos los
productos de usos medicinales. (GONZÁLEZ 2007: 63)
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Asklepieion en la falda del Acrópolis de Atenas |
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Restos del santuario de Asclepio en Ampurias |
La extensión de estos santuarios llego hasta la península
ibérica, siendo la colonia focense de Ampurias la encargada de albergar el
único santuario que es atribuido a Asclepio. En un primer momento, la
protectora de la neápolis es la tía
de Asclepio, Artemisa, cuyo templo estaba situado en la Palaiópolis, lugar del que ya habla María Ruiz Vega , el cual era una isla que con el paso del tiempo ha quedado
unida al litoral. Hacia mediados del siglo IV, extramuros de la ciudad, en un
solar, se construyó un santuario dedicado a Asclepio que no ceso en su
crecimiento hasta el periodo imperial. (GONZÁLEZ 2007: 71) Posteriormente el
santuario es rodeado por un témenos
que encierra todo el complejo y el resto de la ciudad.
La estructura de este santuario permaneció invariable
hasta la gran transformación que sufrió en el siglo II a.C (GONZÁLEZ 2007: 72,
RUIZ DE ARBULO 1995: 332). El templo contaba con una nave con el oikos dedicado al dios. Frente a la
pronaos se construyó una cisterna en la que se almacena el agua con la que
llevar a cabo las purificaciones y demás ritos. Se realizó la construcción de
un pórtico o αβατον en el cual los enfermos esperaban los sueños beneficios con
los cuales curaba Asclepio. La trasformación también hizo que el pozo en torno
al cual había nacido el santuario suburbano quedara incluido en la pronaos del
templo P, siendo el templo M el que se adjudica a Asclepio.
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Planta del santuario realizada en 1983 de Mar y Ruiz de Arbulo |
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Gran estatua masculina interpretada como Asclepio |
Al mismo tiempo, la reforma del santuario incluyó bajo
la pavimentación una gran cisterna con tres arcos que proporcionaba agua a
diferentes lugares como la fuente que se encontraba a la entrada del santuario
donde los peregrinos podían calmar su sed o realizarlas abluciones pertinentes
antes de la entrada en el recinto. (RUIZ DE ARBULO 1995: 332)
Ahora bien, conocido el santuario, debemos hablar de
su atribución a esta divinidad. Esta se debe desde un principio a él gran lote
de mármoles que fueron hallado en las excavaciones de 1909. El gran hallazgo es
una estatua de mármol de 2,12 m que había sido ensamblada en varias partes (las
cuales habían sido encontradas en diferentes lugares) y realizada con
diferentes tipos de mármol (pentélico, paros y pirenaico). A este descubrimiento
escultórico se le unen otros como una cabeza de una estatua de menores
dimensiones, los pies de una estatua masculina entronizada y una garra con
fragmentos de basa y unos pies. (RUIZ DE ARBULO 1995: 329)
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Estatua de mármol de Asclepio del santuario de Ampurias |
La gran escultura encontrada se atribuye
tradicionalmente con Asclepio. La obra muestra a un hombre maduro y barbado,
alto y vestido con túnica y con la serpiente a los pies enroscada en actitud de
subir por la vara, la cual al ser de metal no ha llegado a nuestros días. Este
modelo puede corresponder con la segunda fórmula iconográfica desarrollada por
Fidias para plasmar a Asclepio (siglo V a.C) y que hoy se guarda en el museo de
las Termas de Roma. (GONZÁLEZ 2007: 61).
La pequeña cabeza ladeada que también se encontró se
ha identificado con una figura masculina de una copia del Apolo Liceo de
Praxíteles (336-335 a.C). En cuento a los demás hallazgos estos deben ser
reinterpretados, ya que quizás las atribuciones que Ruiz de Arbulo da quedan después
de 21 años completamente desfasadas. Se propone que sea una estatua de Serapis
entronizado, dios sincrético cuyo culto fue estimulado por Ptolomeo I Sóter.
Es en este momento cuando los problemas aparecen. Las
iconografías de Serapis y Asclepio guardan tantas similitudes que es complejo
asimilar cual es cual. El modelo de Serapis entronado con bastón y con Cerbero
(REVILLA 1990: 678-79) a los pies (como si fuera Hades) es el primer modelo de
representación que Fideos utiliza en la plasmación de Asclepio (GONZÁLEZ 2007:
60) pero no coloca ningún can a los pies de la divinidad. Parece que solo la
serpiente es el animal acompañante de Asclepio, aunque la mitología coloca
entre sus acompañantes animales al perro (GRIMMAL 2008: 55-56) e incluso es
posible que haya heredado de su padre el tener un lobo a su lado (VV. AA 2010:
73). De este modo podríamos dejar claro que es Asclepio y no Serapis el que
estaría representado en esta obra. Pero ser atribuido como Serapis viene
acompañado del descubrimiento de un epígrafe grecolatino de varios fragmentos
los cuales apoyan la realización de un templo, estatuas y un pórtico. (RUIZ DE
ARBULO 1995: 330-331) Por si los problemas de atribución fueran pocos, la
Gliptoteca Ny Calsberg de Copenhage parece aumentar las posibilidades
iconográficas mostrando la figura de un dios desnudo y barbado que se atribuye
como el dios Poseidón, el cual tiene a sus pies un tritón marino bicéfalo con
cuerpos escamado y patas delanteras acabadas e garras.
Cabeza de estatua de medianas dimensiones que representa a Apolo Liceo |
Pies y garras que pueden ser parte de la representación de Serapis entronizado. |
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Escultura de Serapis con Cerbero que permite ver las similitudes icongráficas que este tiene con Asclepio. |
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Estatua de Poseidón de la Gliptoteca Ny Calsberg de Copenhage acompañado de un tritón |
Son como vemos muchos los aspectos que parecen apoyar
por una parte a la divinidad griega y otros a la divinidad alejandrina. La solución
es sencilla ya que, en Ampurias a lo largo del periodo helenístico, el culto de
Asclepio sufre una asociación con los dioses sanadores Serapis e Isis. La conclusión
se impone, ambos cultos coexistieron dentro del mismo témenos. Las pruebas que garantizan esta existencia conjunta son
varias.
La primera se relaciona con los templos, su estructura
y los ritos que se llevaban a cabo en su interior. Hemos hablado de una reforma
que sufrió el santuario en la cual se colocó αβατον, en este lugar era donde
los enfermos realizaban sus curas a través del sueño (incubatio) tras haber realizados
otros dos ritos de abluciones y sacrificio. Este lugar en otros santuarios recibía
el nombre de aditon (parte posterior del templo) el era el lugar más sagrado, en el Asklepieion
de Ampurias era desempeñado por el nuevo pórtico. Estas mismas evidencias
pueden ser aplicadas a santuarios dedicados a divinidades egipcias donde se
llevaban a cabo idénticos ritos curativos. (RUIZ DE ARBULO 1995: 332)
La segunda prueba es que Serapis, posteriormente unido
a Isis, son divinidades protectoras de la navegación y por extensión de los comerciantes
marítimos, explicando así si rápida dispersión por los puertos mediterráneos, arraigándose
de este modo en Ampurias. (RUIZ DE ARBULO 1995: 333)
Finalmente, la definitiva prueba son las numerosas y
frecuentes asociaciones donde ambos ritos coexisten. En Melos se menciona a
Serapis y a Asclepio en diferentes zonas, en Atenas, en las faldas del
Acrópolis, fue levantado un pequeño Isieion
junto al témenos de Asclepio,
Epidauro, Laconia y Delos las menciones continúan ya sea en forma de epígrafe,
estatua o ex votos. Las asociaciones dentro de santuarios se repiten
constantemente, dejando clara su convivencia como divinidades sanadoras incluso
en época romana donde el Asklepieion de
Lebena en Creta es dedicado conjuntamente a Isis, Serapis y Asclepio. (RUIZ DE
ARBULO 1995:334)
Como hemos visto, en este caso la atribución a pesar
de tener gran cantidad de restos no siempre es fácil, ya que en la mayoría de
las ocasiones siempre existe la supremacía de un dios sobre otro. Pero en este
caso la supremacía se encuentra a la deriva, ya que ambas divinidades se
mantienen vigentes por igual.
Alejandro Sastre Laso
Bibliografía:
- · GONZÁLEZ, H., “En torno a la iconografía de la serpiente de Asclepio: símbolo sanador de cuerpos y almas”, Akros, revista de patrimonio, nº 6, 2007, 55-75.
- · GRIMMAL, P., “Diccionario de mitología griega y romana”, Paidós, Barcelona, 2008.
- · REVILLA, F., “Diccionario de iconografía y simbología”, Cátedra, Madrid, 1990.
- · RUIZ DE ARBULO, J., “El santuario de Asclepios y las divinidades alejandrinas en la neápolis de Ampurias (S. II-I a.C). Nuevas hipótesis”, Revista del Museo de Murcia, nº 7, Verdolay, Murcia, 1995, pp. 327-338.
- · VV. AA., “Mitología clásica e iconografía cristiana”, Editorial universitaria Ramón Arece, Madrid, 2010.
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