domingo, 4 de diciembre de 2016

Selinunte: la colonia griega más occidental de Sicilia

Esta semana trabajaremos la área más occidental de Sicilia. En las sucesivas entradas hablaremos de los diferentes aspectos que caracterizaron a la apoikia de Selinunte, colonia con la que finalizaremos nuestro recorrido por los establecimientos que los griegos realizaron a lo largo de la isla. Dicha apoikia, al igual que Mégara Hiblea, se singulariza por ser una de las colonias griegas mejor conocidas desde el punto de vista urbanístico, ya que arqueológicamente ha sido muy estudiada, lo que la ha convertido en un ejemplo indispensable en lo que se refiere al estudio del periodo arcaico, aspecto que ampliara en su entrada mi compañera María (Menéndez 2003: 55).

Selinunte es la colonia griega más occidental de Sicilia, se encuentra emplazada en el extremo suroeste de la isla, la cual junto a la apoikia de Himera, situada en la costa septentrional, fue uno de los establecimientos griegos más fronterizos del lugar.  La nueva colonia se extendió a lo largo de tres terrazas calcáreas, no muy elevadas. La ciudad ocupó una superficie de alrededor 180 hectáreas, la cual estaba dispuesta perpendicularmente a la costa, que delimitaba la ciudad por el sur junto a la colina de la acrópolis. Por la zona norte estaba limitada por la colina de Manuzza, mientras que por el oeste por el rio Modione (conocido como el rio Selinos) y por el rio Crotone por el este, en cuya desembocadura  había dos grandes bahías que sirvieron como puertos. La zona habitable es la que se corresponde con la parte central entre el espacio acotado por los dos ríos y las dos colinas. También, se expandió hacia el interior a lo largo de la franja costera, donde las colinas se inclinaban hacia una vasta llanura, en donde se estableció la chorai  de Selinunte (Boardman 1975: 191; Cerchiai 2004: 261 – 264; Menéndez 2003: 57).

Localización de Selinunte
(https://www.google.es/maps)
Era un territorio colindante con los élimos, y en el interior con las áreas controladas por los sicanos, los cuales eran los dos pueblos indígenas que habitaban esta área occidental de Sicilia, con los que Selinunte mantuvo relaciones amistosas e intercambios, como demuestra un pacto de epigamia, que autorizaba el matrimonio entre los habitantes de las dos ciudades, aunque asimismo se produjeron etapas de conflicto. Además,  fue una región  que tuvo un estrecho contacto con los territorios fenicios y cartagineses, estas relaciones se caracterizaron por ser cordiales, debido a los intereses económicos que tenían ambas partes. Su posición fronteriza y las buenas relaciones y alianzas que en un primer momento tuvo con los diferentes pueblos fueron la clave de su desarrollo e hicieron que disfrutara de una red comercial, en la que ofrecía a cambio el excedente de producción de cereal de su fértil territorio. Su carácter fronterizo y estratégico en la costa sur de la isla siciliana, fue un aspecto decisivo en la evolución de la apoikia, determinando incluso su destrucción en el 409/8 a.C. a manos del ejército cartaginés  (Cerchiai 2004: 256 -258; Menéndez 2003: 55 - 56).

Seguidamente, la fundación de Selinunte fue el resultado de un acto político que contaba con la aprobación del estado megarense y con el consentimiento de su metrópolis, Mégara Nisea, que fue la encargada de enviar al oikistes, ante la petición de los megarenses de un guía para realizar la expedición, debido a la necesidad de Mégara Hiblea de asignar lotes agrícolas a los aristócratas que carecían de ellos. De esta manera,  el movimiento colonial fue realizado por megarenses  procedentes de la apoikia de Mégara Hibela  junto a un grupo de colonos griegos originarios de la región de Mégara Nisea, los cuales fueron dirigidos a su nuevo territorio, Selinunte, por el oikistes  Pammilos. Además, es una colonia que tomó su nombre de una planta endémica de la zona, el selinos (perejil), vegetal que apareció representado como emblema en las monedas de la ciudad (Boardman 1975: 192; Cerchiai 2004: 256; Domínguez 1989: 362; Guzzo 2011: 188).

Representación del selinos en las monedas de Selinunte
(Boardman 1975: 19)
En cuanto al porque la ciudad de Mégara Hiblea decidió establecerse en un territorio tan alejado del suyo, en la zona más occidental de Sicilia, no es una acción casual. Diversos autores, consideran que fue un hecho generado por las limitaciones que presentaba su región, debido a que era un área limitada por Siracusa en el sur, ciudad que había iniciado su expansión por la zona suroriental, lo que hacía totalmente imposible la creación de un nuevo establecimiento en esta área. En la parte norte estaba limitada por Leontinos y era el lugar donde los calcídicos estaban fundando Himera, cosa que tampoco les permitió a los megarenses fundar su colonia, y la barrera rocosa que circundaba el golfo de Augusta, el cual posiblemente estaba ocupado por poblaciones sículas, son los hechos que impidieron a los megarenses establecer su nueva apoikia cerca de su región, ya que no pudieron extender su territorio hacia el interior (Domínguez 1989: 363). 

En cambio, hay otros especialistas que afirman que los colonos se asentaron en Selinunte, debido a que era una región que cumplía con todo los requisitos necesarios para cubrir las necesidades que presentaba la población megarense, ya que es donde había buenas tierras fértiles, cosa que debió poner fin a la escasez de cultivo que estaba sufriendo la metrópolis. Además, era una región que presentaba otros aspectos favorables para el establecimiento de una población, tanto por el hecho de tener puertos, lo que facilitó las actividades comerciales, como por ocupar un espacio fronterizo que permitió el contacto con otras culturas (Domínguez 1989: 363; Menéndez 2003: 57).


Ubicación de Selinunte respecto a Méggara Hiblea
(Cerchiai 2004: 12)
Por otro lado, en lo que se refiere a la cronología, como es frecuente y se ha podido observar a  lo largo de las entradas anteriores, las fuentes clásicas principales que hacen referencia a las  fundaciones de las colonias no presentan siempre un consenso y el caso de Selinunte no es una excepción, para la que se barajan dos fechas de fundación. Por un lado, Diodoro (XIII, 59, 4) afirma que fue una ciudad  fundada 248 años antes de su conquista por parte de los cartagineses. Es el que establece la cronología alta, datando el origen del asentamiento hacia el 650 a.C. En cambio, Tucídides (VI, 4,2) considera que se erigió por parte de los colonos megarenses 100 años después del establecimiento de Mégara Hiblea, lo que significa que la nueva apoikia presentaría una fecha de fundación entorno al 628-7 a.C. (Domínguez 1989: 361; Menéndez 2003: 56).

Generalmente, la fecha más aceptada por parte de los especialistas que estudian esta colonia es la cronología alta, la presentada por Diodoro, ya que es la que más concuerda con los resultados aportados por las intervenciones arqueológicas, las cuales muestran que el material más antiguo de origen griego recogido en la colonia de Selinunte se data alrededor del 635 a.C., lo que establecería la presencia griega hacia finales del s. VII a.C. (Cerchiai 2004: 256; Domínguez 2001: 20;  Menéndez 2003: 56 -57).

Finalmente, hay que tener en cuenta que la cronología de Diodoro es la fecha más admisible, pero no la aceptada unánimemente, ya que  hay autores que dan por buenas ambas fechas, los cuales justifican que la datación alta, atendiendo a los hallazgos arqueológicos, es la que se correspondería con un fase preliminar de coexistencia entre grupos indígenas y griegos, mientras que la segunda fecha se correspondería con un segundo periodo en el que destacaría el predominio griego y sería el momento de la fundación efectiva del asentamiento. Todos estos planteamientos demuestran la incertidumbre que gira alrededor de esta cuestión, de la que es complicado establecer una resolución definitiva al respecto (Domínguez 1989: 361 – 362; Menéndez 2003: 56 -5).

Bibliografía

Boardman, J. (1975), Los griegos en ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica, Madrid.

Cerchiai, L.; Jannelli, L.; Longo, F. (2004), The Greek Cities of Magna Graecia and Sicily, Los Ángeles.

Domínguez Monedero, J.A. (1989), La colonización Griega en Sicilia. Griegos, Indígenas y Púnicos en la Sicilia arcaica: Interacción y Aculturación, tomo II, Oxford.

Domínguez Monedero, J.A. (2001), La Polis y la expansión colonial griega (siglos VIII-VI), Madrid.

Guzzo, P.G (2011) Fondazioni greche. L'Italia meridionale e la Sicilia (VIII e VII sec.a.C.). Roma.


Menéndez Varela, L.J. (2003) Consideraciones acerca del origen y la naturaleza de la ciudad planificada en las colonias griegas de Occidente,Oxford.

Recursos digitales

https://www.google.es/maps

Cristina Rubio Vicens 

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