sábado, 26 de noviembre de 2016

Arqueología de la Magna Grecia: el extraordinario ejemplo de Mégara Hiblea

Siguiendo la línea de mi compañera Cristina Rubio, que ya expuso los problemas y características de este yacimiento, en esta ocasión vamos a detenernos a explicar la excepcional situación de esta colonia griega. 
Al contrario que en otros ejemplos que ya hemos tratado con anterioridad, como Naxos o Pitecusa, en Mégara Hiblea no se han encontrado evidencias de población indígena preexistente en la zona, según afirman con contundencia algunos autores, como Boardman (1983: 183) o Domínguez Monedero (2006: 276). Este último autor además define el emplazamiento griego como "una pequeña ciudad, emplazada entre dos poderosas vecinas, Leontini al norte y Siracusa al sur" (2006: 276). Sin embargo, arqueológicamente es mucho mejor conocida que otras ciudades más grandes, principalmente gracias a las excavaciones llevadas a cabo en el ágora de la ciudad arcaica; lo que reveló que ya en el s. VIII a.C. se realizó una planificación urbana de la ciudad, -dejando incluso el espacio destinado al ágora-, dividida por calles de 3 metros de ancho en dirección N-S cruzadas por calles transversales que creaban insulae de 25 metros de largo. De esta misma época se han identificado lo que Domínguez Monedero llama orientaciones del plano urbano, y que se interpretan como áreas o parcelas correspondientes a los cinco pueblos (komai) que formaban la polis de Megara Nisea (2006: 277). También a finales del s. VIII a.C. se remontan una serie de depósitos votivos hallados fuera de la trama urbana (Boardman, 1983: 183).
Plano de Mégara Hiblea con el trazado urbano respecto a la topografía circundante. En el mapa además se señalan los depósitos votivos encontrados en la ciudad y sus alrededores, siendo los más antiguos los de finales del s. VIII - principios del s. VII a.C., señalados con un triángulo. Fuente: Domínguez Monedero (2006: 278).

Las casas de esta primera etapa fundacional tienen una sola estancia de 4x4 metros, pero a partir del s. VII a.C. crecieron en tamaño, pasando a tener tres dependencias que conducían a un pequeño patio con pozo (Mayer 1998: 118), aunque respetando la trama urbana preestablecida. Esta va a ser una característica común de la trama urbana de Mégara Hiblea a lo largo de su historia, la gran planificación urbana y diseño de sus estructuras, lo que ha motivado los hallazgos arqueológicos. El espacio destinado al ágora se dispuso en la intersección de dos barrios, en mitad de la altiplanicie norte, y tiene planta trapezoidal debido a la orientación de los barrios circundantes. Al oeste y al norte tenía contiguos dos pórticos, y cerraban el espacio con los monumentos públicos (como el heróon o el ptrinaeo) al este y los templos al sur. 

Vista aérea del yacimiento en la actualidad. A la derecha se observa el plano de los restos arqueológicos en el entorno más inmediato y en relación la costa. En la imagen de la izquierda se aprecia perfectamente el trazado urbano y la gran planificación inherente. Se pueden reconstruir las calles, los barrios e incluso el ágora, en la parte más septentrional de la ciudad, con esa planta trapezoidal para adaptarse a la configuración urbana. Fuente: Google Earth.

Mégara Hiblea tenía dos accesos principales, que suponían una continuación de la ruta que recorría la costa N-S, y que probablemente conectara con las importantes ciudades vecinas -al norte con Leontini y al sur con Siracusa- (Mayer, 1998: 118). Un tercer acceso se abría en el oeste para dar acceso a las canteras orientadas en esa dirección, y además se presupone la presencia de al menos 4 puertas más, aunque las pruebas arqueológicas aún no son concluyentes (Gras et alii, 2004: 529).
Las estructuras artesanales han provocado un debate acerca de su carácter público/privado, pero parece evidente que un cierto control por parte de la ciudad debía existir. Ya que el trabajo artesano conllevaba un prestigio social elevado, el establecimiento en la ciudad debía combinar el sentido práctico (ya que las artesanías podían ser molestas o incómodas) y el social (prestigio). 



Imagen: excavaciones realizadas en el ágora. En verde se representan las zonas que no han sido excavadas, en naranja las zonas en las que los niveles arcaicos han sido destruidos o cubiertos por niveles helenísticos, y en negro las casas de finales del s. VIII a.C. (Gras et alii, 2004: 570).









La ciudad contaba con un buen sistema defensivo, compuesto por un terraplén oeste (estudiado entre otros por Cavallari y Orsi), una fortificación norte para proteger la puerta de entrada a la ciudad y por lo tanto, uno de sus puntos débiles; y estructuras defensivas en la meseta sur. El conocimiento sobre la protección de la ciudad deriva de las excavaciones realizadas desde principios del s. XX por Paolo Orsi, Cavallari y la Escuela Francesa, pero existen problemas intrínsecos a la hora de abordar el estudio: las estructuras de la meseta sur están muy mal conservadas, aunque conservan una estratigrafía relativamente buena; mientras que al oeste y al norte las estructuras se conservan mejor, aunque las estratigrafías se han perdido. Otro de los problemas del estudio del sistema defensivo radica en que, debido a los problemas anteriormente mencionados, es difícil datar los restos, si corresponden a época arcaica o helenística (Gras et alii, 2004: 292). 
Izquierda: planimetría del recinto oeste según los dibujos de Cavallari de 1892 (Gras et alii, 2004: 240). Derecha: reconstrucción hipotética del recinto defensivo oeste, basado en un terraplén forrado por un muro de sillares. A la derecha, reconstrucción del primitivo muro arcaico con terraplén (Gras et alii, 2004: 246).


Ejemplo de piedra calcárea
Respecto a las técnicas constructivas, la más habitual en el mundo griego es la fabricación de ladrillos de arcilla con los que construir las estructuras, pero el caso de Mégara Hiblea es excepcional, ya que apenas se ha empleado esta técnica en zonas esporádicas del ágora y en la fortificación sur. Por su parte, la piedra utiliza es la calcárea local, retirada de la meseta, y fue empleada para los muros de las casas arcaicas, el paramento de la primera muralla y para el agger primitivo de la meseta sur. Pero también puede encontrarse espontáneamente en los suelos de las calles, caminos y casas, gracias a su característico color amarillo. Por su parte, los sillares provienen de las canteras situadas a unos kilómetros de la ciudad, en la Intagliata (Gras et alii, 2004: 460).La población, que es en realidad el objeto de estudio de la Arqueología, aunque de forma indirecta a través de los restos materiales que dejan las actividades humanas, es muy abundante desde los primeros momentos de habitación, como demuestra la cerámica encontrada en los niveles del s. VII a.C.; que además demuestra que no es una población itinerante, sino fija (Gras et alii, 2004: 569). Dentro de estos habitantes, parece claro que la sociedad megariense nunca fue igualitaria, aunque no puede hablarse exactamente de la existencia de "barrios ricos y barrios pobres", sino de una élite aristocrática conocida gracias a los enterramientos de la necrópolis occidental, donde aparecen más elementos de prestigio que en la necrópolis meridional (Gras et alii, 2004: 584). 

Imagen en la que se muestra la planimetría de la ciudad, con las diferentes calles y ejes de circulación, así como  los puntos de acceso a la ciudad. En verde se representa el recinto defensivo, con las puertas seguras en color rojo y las probables con puntos amarillos. Las líneas continuas que forman la trama interior son las calles atestiguadas, mientras que las intermitentes son aquellas restituidas o que se presupone que existían (Gras et alii, 2004: 529).
En relación al fin de la ciudad, existe debate acerca de si vino de la mano de un abandono natural o fue consecuencia de la actividad destructiva de Gelón de Siracusa. Tampoco las fuentes ayudan a esclarecer los sucesos que pusieron fin a la vida de Mégara Hiblea, puesto que dan versiones que no concuerdan con la realidad arqueológica. Además, algunos investigadores recomiendan consultar las fuentes a posteriori, con el fin de evitar una metodología más parecida a la Arqueología Filológica. Sin embargo, la hipótesis más que parece cobrar más fuerza es que en realidad la ciudad fue abandonada, y fue eso lo que provocó su "muerte", y no la acción destructiva y el fuego de los soldados de Gelón, ya que no se ha encontrado nivel de incendio que pueda confirmar dicha perspectiva (Gras et alii, 2004: 8).

Bibliografía

-Boardman, J. (1983): Los griegos en ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica,Madrid: Alianza Editorial.

-Domínguez Monedero (2006): "Greeks in Sicily", Greek Colonisation. An account of greek colonies and other settlements overseas, vol. 1, pp. 253-259.

-Gras, M. et alii (2004): Mégara Hyblaea 5. La Ville Archaïque, Roma: Escuela Francesa de Roma.

-Mayer, M., Rodà, I. coords. (1998): Ciudades Antiguas del Mediterráneo, Barcelona: Lunwerg Editores.

María Ruiz Vega

4 comentarios:

  1. Hola. Soy muy fan del bloj, me encanta, me hestá ayudando mucho con mi trabajo de clase, grasias.

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  2. ¡Hola! Gracias por tu comentario, cualquier duda no dudes en preguntarnos :)

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  3. Buena entrada Maria. Al respecto del fin del abandono de la polis he leído en la aportación de Fausto Longo en la obra de "The Greek cities of Magna Graecia and Sicily" que a pesar de este abandono habla de una repoblación instigada por Timoleon entorno al 340 a.c. y que perduro algo mas de un siglo. Respecto a esta cuestión me gustaría saber si el registro arqueológico arroja alguna luz sobre esa nueva etapa poblacional.
    Muchas gracias

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  4. Hola Alvar, gracias por tu comentario.
    No he querido profundizar en la etapa posterior de la ciudad porque no es estrictamente colonial, pero bien es cierto que sí que existen evidencias arqueológicas de este periodo, que abarca desde la repoblación de Timoleón hasta la toma de la ciudad por Marcelo en el marco del asedio de Siracusa. De época helenística se han excavado algunos niveles, sobre todo en el aparato defensivo, datado hacia el s. III a.C., y cuya fortificación se ha venido excavando hasta los últimos cinco años, proporcionando una buena estratigrafía que ayudará a reconstruir mejor la última etapa de la ciudad. También hay evidencias de niveles arqueológicos helenísticos en el ágora arcaica, que fue el espacio utilizado para la repoblación, dadas sus características intrínsecas. Si te interesa leer algo sobre las excavaciones de la fortificación helenística, aquí te dejo un pequeño resumen sobre las intervenciones arqueológicas de 2011 https://cefr.revues.org/464. Espero haber resulto tu duda.
    Un saludo,
    María Ruiz Vega.

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