En esta entrada, como es costumbre,intentaré mostrar las características comerciales de la colonia y las relaciones de esta con su metrópolis además de rasgos de su importancia geopolitica. En el caso de esta semana, Siracusa, nos encontramos ante una compleja colonia la cual alcanzará un gran poder en el área centro-mediterránea. En esta entrada intentaré dejar claro su interesante y cuestionada interrelación y su interdependencia económica; además de tratar como Siracusa logró alcanzar esa situación y como la gran mayoría de teorías están basadas en una interpretación de los clásicos más que en unas muy escasas informaciones arqueológicas.
Siracusa,
como ya hemos visto en la entrada de C. Rubio, fue fundada con un objetivo
claramente agrario[1],
sin embargo, su fundación vino acompañada de variaciones comerciales y crearía
importantes cambios geopolíticos en el Centro Mediterráneo. Las primeras piezas
corintias en el occidente mediterráneo (en Taras, Etruria y especialmente en
Pitecusa) coinciden en el tiempo con la fundación de Siracusa al igual que las
primeras imitaciones locales de este estilo cerámico; muestra de las
variaciones comerciales con la aparición de Corinto como nueva hegemonía comercial.
El
crecimiento de Siracusa irá muy ligado al desarrollo de Corinto durante los primeros
siglos de la colonia.
De
finales del siglo VIII a.C. a mediados del VI a.C. la producción y exportación fue
pujante y dominante en los mercados occidentales nos solo por la calidad de la cerámica
sino también sino también por los perfumes y aceites perfumados que estas transportaban (como los pequeños aryballoi y alabastra), ambos producidos en la misma ciudad de Corinto (Salmon
1984: 115).
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Ejemplo de aryballoi corintio pequeño que originariamente seria contenedor de perfume o aceites perfumados también producidos en Corinto. |
“Corinth was the chief industrial state in Greece” (Dunbabin 1968: 227)[2]
Sus
comerciantes buscarán en los mercados hierro y metales por la ausencia de estos
en la Grecia Continental al igual que hicieron (y aún hacían) los eubeos en Etruria y Elba, tal y como se denota con la
abundante presencia de cerámica corintia en esas áreas, aunque a diferencia de
los eubeos no tendrán dependencia de la importación de cobre al tener acceso
cercano a este (la cual cosa nos explicaría el porqué de la ausencia de restos
corintios en Chipre.
Pero sin ningún
lugar a dudas su gran carencia fue la dependencia de alimentos, esta búsqueda de
fuentes de abastecimiento se denota en la bibliografía clásica, en la cual se
llega a poner en la misma altura que el abastecimiento en Atenas. Salmon llega
a situarla como la gran competencia de Atenas en el mercado mediterráneo del
trigo. Siracusa sería una de sus mayores abastecedoras de grano, muestra de ello
es el regalo de Hieron I de Siracusa (478-466 a.C) a un notable de Corinto,
Arquiteles, por ayudarle económicamente durante una crisis política, este
regalo destacaría por ser un gran cargamento de grano (Atenodoro 23 E-232/3)[3].
El
potencial de Siracusa como productora agraria es bien conocido a través de las
fuentes clásicas citado desde Estrabón hasta Cicerón.
"The city became very prosperous because it had both excellent natural harbourage and an extraordinarily fertile territory" (Strabo VI, 2.4)
La
fundación de sus “subcolonias”, Acrae, Casmenae y Camarino reflejan los
intereses de su metrópolis, Siracusa. Fueron fundadas en tierra a excepción de
Camerino y probablemente carecieron de independencia alguna, estas muy
probablemente tenían el objetivo de asegurar el control del rico territorio
agrario en beneficio de Siracusa (Domínguez-Monedero 2011: 286).
Dirección de la expansión de Siracusa con el objetivo de controlar las ricas tierras agrarias de su periferia (Domínguez-Monedero 2011: 286) |
De hecho
la misma expedición ateniense a Sicilia que marcaría la derrota de Atenas en la
Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), fue en parte motivada para tratar de frenar el
abastecimiento de grano a la Península del Peloponeso reconociendo que este
bloqueo afectaría especialmente a Corinto (Tucídides III 86.4)[4].
La importancia de Corinto en estas redes de materias primas agrarias se
refuerza muy probablemente al actuar esta como redistribuidora de trigo proveniente de occidente entre las
ciudades de Grecia Continental.
Existen
estrechas relaciones entre la colonia y la metrópolis atestiguada por embajadas
y colaboraciones políticas, algo que se reforzaría con estas interrelaciones
económicas (estos intercambios e interdependencias del trigo meterán a Siracusa
en la Guerra del Peloponeso sin buscarlo), un ejemplo de ello es la petición de
ayudar en el contexto de las Guerras Médicas (481 a.C) a Gelón de Siracusa
(Herodoto VII, 153.1; 157-82).
Salmon
discrepa de esas estrechas relaciones afirmando que dependiendo de la fuente se
observa una mayor relación entre la colonia y la metrópolis, cita a Dunbabin
(Dunbabin 1968: 244), quien sugiere que la tardía llegada de la cerámica ática a
Siracusa sería por la estrecha relación comercial entre estos; Salmon afirma
que no se han publicado suficientes materiales de Siracusa para decir esto y si
eso fuera verdad la explicación sería que los mecanismos de distribución serían
fuertes más que el hecho de que los siracusanos prefieran comprar a los
corintios.
"Sentiment is not likely to have affected comercial judgement" (Salmon 1984: 388).
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Cerámica corintia encontrada en la necropolis de Fusco, en las cercanías de Siracusa. |
Sin embargo para Kagan los beneficios del sistema colonial corintio, beneficiaban tanto a las colonias como a la metrópolis. No solo por los intercambios con productos manufacturados sino por las ayudas militares mutuas en tiempos de crisis, además las colonias ayudarían a reforzar la figura de Corinto como gran intermediario comercial en las redes centro-mediterráneas.
"Such adventages made it no less desirable for the colonies than for the mother city to continue the close relationship". (Kagan 1958:18).
También
se observa la relación política al marchar al exilio destacados personajes
políticos a Corinto, como fueron el Rey Ducetios, Dionisio II entre otros.(Sanders 1987: 26)
Salmon
sin embargo pone el ejemplo de la campaña ateniense 415-413 a.C para señalar
que a pesar de que parezca natural la solicitud de ayuda a Corinto “por su
relación” como dice Tucídides (Tuc. VI. 88.7), probablemente la intervención de
Corinto fue tan decisiva y fuerte más por el odio a Atenas que por preocupación
hacía su colonia. Además que muchas llamadas de Corinto a Siracusa no fueron
respondidas, algo que Salmon ya avisa diciendo que la relación entre Siracusa y
Corinto ya era poco definida desde sus inicios. (Salmon 1984: 388-394).
Con la
cada vez más limitada política de Corinto y con una Siracusa cada vez más
fuerte a causa de las políticas de Gelón[5]
y posteriores tiranos las relaciones entre las dos ciudades fueron
desapareciendo a la vez que Siracusa se hacía con el poder político de la costa
oriental siciliana y con la hegemonía en toda la isla. En palabras de Dundabin,
Siracusa era la única ciudad que tenía una flota suficientemente notable como
para ser mencionada por las fuentes clásicas, además de una demostrada
hegemonía terrestre que mantuvo a ralla a las veteranas tropas de Atenas y que luego le permitió acceso y control de las importantes rutas comerciales insulares
(Dunbabin 1968: 199-201).
Amplio territorio controlado por Siracusa a inicios del s,V a.C. (Domínguez-Monedero 2011: 286) |
Con
Dionisio I (405-367 a.C), Siracusa se verá relanzada como potencia hegemónica
en el Occidente griego (Sicilia y Magna Grecia). Esta hegemonía y su dinámica
política y militarismo activo le hará ganar enemigos externos, especialmente
Cartago, cosa que a la vez le hará estandarte del panhelenismo (Sanders 1987: 125).
Por
desgracia no hay muchos que con evidencias arqueológicas muestren esta
hegemonía económica que le llevaría a fricciones con Cartago (Consolo Lagher
1996: 41-49). Tampoco de las colonias que Dionisio I fundó en Italia y en el
Adriático[6],
zonas donde la influencia siracusana era bien tangible según las fuentes
clásicas (Consulo Lagher 1996: 188-189).
Dionisio, el tirano siracusano decidió fundar ciudades en el Adriático lo hizo con el propósito de controlar el mar llamado Jóneo, con el objetivo de asegurar la navegación hacia Lepiro y poseer ciudades donde poder atracar las naves. (Diodoro Siculo XV 13.1).
Hay
bastantes debates sobre los proyectos de Dionisio I y si este era tan solo con
el objetivo de recolocar en el trono
hepirota al rey moloso Alceta, exiliado en Siracusa. O si además también
tenía la voluntad de asegurar las rutas en el adriático hasta entonces infestadas
de piratería en unas rutas comerciales por las cuales pasaban ricas mercaderías
de lujo y numerosas materias primas provenientes de occidente que iban a abastecer
la Grecia Continental como caballos vénetos, estaño, ambar y grano de la zona
de Pádua, lo cual era intercambiado por materias manufacturadas (Monte 2011:
56).
Para
Monte todos estos movimientos políticos incluidas las fundaciones no serían más
que un complejo proyecto para estabilizar una rica área comercial de las cuál
se aprovecharía con esas nuevas colonias (Monte 2011: 57).
Sin
embargo la carencia de estudios arqueológicos nos limita a aceptar fríamente
las explicaciones de clásicos como Diodoro Siculo y Estrabón. Sin embargo, las
posteriores políticas y tendencias de otros tiranos, nos indican una clara
preocupación por controlar el mar y frenar la cada vez mayor presión
cartaginesa, llegando a liderar las siguientes cuatro guerras
Greco-cartaginesas (406-397, 382-368, 345-341, 315-388). Alcanzando complejas
alianzas con galos, Cirene y el Egipto Ptolemaico destacando la gran campaña de
Agatocles en África y el mismo asedio a Cartago entre el 311 y el 308 a.C. (Consolo Lagher 1996 pág. 151-152).
Su
hegemonía y poder militar a partir de la muerte de Agatocles se debilitará,
siendo incapaz de mantener las polis sicilianas que una a una se desvincularán
de Siracusa. La hegemonía política será relevada por Epiro, y, tras la derrota
de Pirro I, por Roma quién logrará el control de toda Sicilia en la Primera Guerra
Púnica (264-241 a. C.) y en la Tercera (149-146 a. C.) derrotará definitivamente a la gran rival,
Cartago.
Como se ha podido observar, buena parte de la información, especialmente del periodo helenístico, proviene de fuentes historiográficas más que arqueológicas, aunque G. Monti hace referencia a algunos estudios arqueológicos (aunque sin entrar a analizarlos) libros de importancia respecto la historia de Siracusa están basados en interpretaciones escritos clásicos y numismática. De hecho sorprende que autores de los 80 como Salmon sean más críticos y cuestionen las fuentes con mayor dureza que otros más modernos. Es imposible y absurdo entrar a cuestionar la importancia geopolítica hegemónica de Siracusa, pero la falta de referencias arqueológicas de esas ocupaciones militares en otras polis, materiales comerciales en la misma Siracusa, entre otros restos en el occidente griego que evidencie esa influencia siracusanas nos puede hacer cuestionar hasta que punto las fuentes pueden haber exagerado y los autores modernos engrandecer y magnificar aún más su importancia basándose solo en suposiciones filológicas.
[1] Aunque
hay presencia de cerámica corintia anterior a la fundación de Siracusa, esta es
demasiado anecdótica y insuficiente para afirmar una muy altamente improbable
fundación comercial.
[2] Aun
así, como todo sistema político-económico de la antigüedad, Corinto era
plenamente agraria a pesar de ser uno de las principales industrias griegas,
siendo los complejos industriales/artesanales solo una pequeña fracción de la
producción y exportación corintia.
[3] Salmon
comenta que aun siendo una noticia falsa, esta demostraría el alto valor del
grano para los mercados de Corinto, ya que Hieron I se decidía a recompensar de
esta forma una gran ayuda.
[4] Salmon hace estudios sobre la
producción agraria de Corinto y sus carencias alimentarias respecto a su población. (Salmon 1984: 130-131).
[5] Como los desplazamientos demográficos
y de artesanos hacia Siracusa y capitalización de esta.
[6] Citadas en las fuentes como
Lissos, Issa, Pharos, Ancona y Adria.
Bibliografía:
CONSOLO LANGHER, S.N. (1996): Siracusa e la Sicilia Greca: Tra età arcaica ed alto ellenismo. Società Messinese di Storia Patria, Messina.
DOMINGUEZ-MONEDERO (2006): "Greeks in Sicily", en G.R. Tsetskhladze (ed.) Greek Colonisation. An Account of Greek Colonies and Other Settlements Overseas. Vol. I. Leiden. 253-357.
DUNDABIN, T.J. (1968): The Western Greeks: The history of Sicily and South Italy from foundational of the Greek colonies to 480 B.C, Oxford Universiy Press, Oxford.
KAGAN, D. (1958): Polithics and Policy in Corinth, 421-336 B.C. University Microfilms International, Michigan.
MONTE, G. (2011): La dynasteia di Dionisio I di Siracusa política ed economica. Tesi di Laurea: Università degli studi di Palermo, Palermo.
SALMON, J.B.(1984): Wealthy Corinth. A history of the city to 338 a.C. Clarendon Press, Oxford.
SANDERS, L.J. (1987): Dyonisius I of Syracuse and Greek Tyranny. Croon Helm, New York.
Carlos Palacín Copado
"Sorprende que autores de los 80 como Salmon sean más críticos y cuestionen las fuentes con mayor dureza que otros más modernos"
ResponderEliminarEl artículo es muy potente, me ha parecido que está muy bien explicado, además al introducir la frase arriba descrita, abres un debate muy interesante sobre las criterios a seguir para investigar, recibiendo nuevas corrientes no tan enfocadas a los textos antiguos.
Marisol
Muchas gracias Marisol!
EliminarLo cierto es que me sorprendió que una ciudad con tanto potencial para la investigación como es Siracusa a penas se haya explotado por los académicos. En parte puede entenderse debido al gran numero de referencias y gran material filológico que dan para investigar las obras clásicas sobre Siracusa; un material que, por desgracia, sin un trasfondo arqueológico y científico quedan relegadas a simples narraciones subjetivas. Sin duda alguna aún queda mucho por investigar para acabar de aclarecer la geopolitica de las colonias en occidente.
De nuevo, muchas gracias por tu comentario.
Fdo. Carlos Palacín Copado
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