El estudio de la base económica de Naxos es muy
dificultoso no solo por las reducidas campañas arqueológicas en la colonia sino
también porque está en un antiguo puerto cubierto actualmente por una de las
corrientes de lava del Etna hacia el mar. Sin embargo la estrecha relación
entre esta y el comercio es muy importante como se demuestra en los mismos
debates académicas respecto los objetivos y motivos de la fundación de Naxos (algo
ya observado en la entrada de esta semana de C. Rubio).
La gran mayoría de autores y la teoría más aceptada
en la actualidad es que las características más destacables de Naxos están muy
ceñidas a su potencial como enclave comercial y portuario. Dunbabin cree que la
primera colonia griega se situó allí, no por ser un lugar óptimo para fundar
una colonia sino por ser el más aceptable al alcanzar la costa siciliana y
tener un puerto en el que recogerse para luego ascender hacia el norte
[Dunbabin (1968): 8-9]. Esta teoría se vería reforzada al ser un lugar con
acceso a buenas corrientes, con (probablemente) un buen puerto y por el
significante hecho de que a pesar de su buena fertilidad las tierras eran
bastante limitadas, algo vital para el desarrollo de una colonia (algo ya
resaltado por M. Ruiz en la anterior entrada).
Dominguez-Monedero va más allá, afirmando que la
relación de Naxos y las rutas de navegación es claro[1],
y que muy probablemente fue un asentamiento comercial estratégico para los
eubeos que buscaría asegurar las rutas comerciales hacia el Tirreno, este
acabaría convirtiéndose/evolucionando a una colonia. De hecho, en base a su
reducido territorio agrícola, Domínguez-Monedero sugiere:
“The main aim for its establishment was control of a key point in the maritime communications of Eastern Sicily, at a time when the Euboeans were pursuing a similar strategy in other parts of the Mediterranean” [Dominguez-Monedero (2006): 258-259].
Esta actividad comercial previa a la fundación se
confirmaría a través de la arqueología gracias a la presencia de cerámica eubea
de estratos “pre-coloniales” [Dominguez-Monedero (2006): 258-259], este
comercio llegaría al punto de que la forma y estilos de la cerámica sícula
estaba influida por los estilos griegos. De hecho, autores como Dunbabin y
Blakeway, a partir de restos como los de S. Aloè donde hay cerámica sícula
pintada por griegos, aseguran que debió haber griegos asentados o conviviendo
con estos locales antes de las colonizaciones [Dunbabin (1968): 3-9].
No obstante no ofrece una respuesta clara del paso
de enclave comercial a colonia más allá de los primeros asentamientos.
Personalmente es compatible la existencia de un puesto comercial temporal con
el posterior desarrollo de una colonia por parte de excedentes demográficos de
la isla de Eubea (en plena crisis), todo gracias a estos viajes y comercios “pre-coloniales”
que dieron un conocimiento previo del área del enclave y de sus potenciales
tierras de cultivo.
Una vez fundada, Naxos pasó a ser uno de los
principales puertos de referencia en la zona del estrecho de Mesina y puerto de
referencia para la llegada de otros griegos, convirtiéndose en toda una cabeza
de puente para las oleadas de inmigración y colonización griega en Sicilia. De
esta misma colonia surgirán las también fundaciones eubeas de Leontinoi y Katane
(Catania), hecho que será un gran paso de la colonización, pasando a ser
fundaciones, especialmente en el caso de Leontinoi, que dejan de tener un papel
comercial tan relevante en costas o rutas claves al estar tierra adentro.
Naxos siempre será una pequeña ciudad, superada en
tamaño y población por otros enclaves euboicos vecinos como Zankle o la
mencionada Leontinoi. Esta misma debilidad será la que la empuje a mantener
buenas relaciones con los locales para poder sobrevivir, cosa que parece que
ocurrió con el resto de colonias de Calcis a diferencia de otras colonias griegas
en Sicilia como Siracusa. Estos rasgos de mayor apertura hacia los nativos
(bastante natural en las fundaciones eubeas como ya vimos en la entrada de la
semana pasada) junto con una política exterior bien coordinada junto a las
otras colonias calcidias (Naxos, Leontinoi, Katane) hicieron de ellas un importante
motor de helenización, como se comprueba en poblaciones locales como Monte
Judica y el Val d’Orsini donde abundan restos griegos o de influencia helena,
terracotas, bronces e incluso marfil, a un nivel mucho mayor que colonias como
Gela o Sirae [Dunbabin (1968): 121].
La aparición de una similar cantidad y variedad de
piezas cerámicas griegas tanto en Rhegion, Mylae, Metauro, Naxos y las colonias
de Calcis sugiere a algunos autores que existían unos intereses comunes económicos
y comerciales, especialmente dominado por los euboicos como demuestra el predominio
de skyphoi “a chevron” y copas
eubeas.
![]() |
Resto de cerámica de estilo euboico producida en Naxos [Kourou (1998):167-177] |
Hacia finales del s. VII a.C. y la mitad del VI a.C.
se denota una importante pujanza económica arqueológicamente, con la aparición
de mayores y más ricas casas, por los restos del mismo Ágora y sobre todo por
la adopción de una moneda propia. Naxos será la tercera ciudad en Sicilia (tras
Seliunte y Himeria). Como se mostró en la entrada de Tarento, la aparición de
la moneda es un síntoma de riqueza y dinamismo comercial, siendo emitida
especialmente para las transacciones navales a gran escala como demuestran al
ser las primeras emisiones de gran valor (las monedas más pequeñas no aparecen
hasta el s. V a.C).
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Dracma de plata(5,57 g) de Naxos (530 -510 a.C.) |
La aparición de la moneda en las colonias griegas se
relaciona con los cambios comerciales tras la hegemonía corintia, según
Dunbabin [Dunbabin (1968): 246] la hegemonía de esta en el s.VII a.C. se resumía
para algunos autores a simples intercambios de mercancías manufacturadas por
alimentos, pero con la entrada de nuevos agentes comerciales (como Atenas o
Jonia) y por lo tanto de una mayor complejidad comercial será necesario el
desarrollo de monedas propias para seguir estas dinámicas económicas
![]() |
Moneda de Naxos (461-430 a.C.) [Consolo Lagher (1996):206] |
El desarrollo de Naxos se verá completamente
frustrado y estancado a partir del 476 a.C. por la conquista de Hipócrates de
Gela (aspecto bien desarrollado en la entrada de M. Ruiz), no volviendo pudiendo
recuperarse debido a los acontecimientos políticos posteriores.
[1] Resaltando que el altar de Apolo
Archegetes era el punto de llegada y salida de los sagrados embajadores
(theoroi) hacia los festivales y santuarios de la Grecia Continental.
Bibliografía:
CONSOLO LANGHER, S.N. (1996): Siracusa e la Sicilia Greca: Tra età arcaica ed alto ellenismo. Società Messinese di Storia Patria, Messina.
DOMINGUEZ-MONEDERO (2006): "Greeks in Sicily", en G.R. Tsetskhladze (ed.) Greek Colonisation. An Account of Greek Colonies and Other Settlements Overseas. Vol. I. Leiden. 253-357.
DUNDABIN, T.J. (1968): The Western Greeks: The history of Sicily and South Italy from foundational of the Greek colonies to 480 B.C, Oxford Universiy Press, Oxford.
KOUROU, N. (1998): “Euboea and Naxos in the Late Geometric period: the Cesnola Style” en D'Agostino, B.; Bats, M. (dir.) L'Eubea e la presenza euboica in Calcidica e in Occidente. Collection du Centre Jean Bérard, Paris, 167-177.
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