Al igual que en otros ejemplos de colonias que hemos visto con anterioridad, los corintios que llegaron a Sicilia se asentaron próximos a un asentamiento indígena anterior, que fue rápidamente sustituido por la fundación griega, debatiéndose aún el carácter violento o pacífico de este desplazamiento poblacional. Se cree que la calle que cruzaba la isla de Ortigia de norte a sur, descubierta por una excavación moderna, podía ser de construcción indígena (Domínguez, 2006: 272). La expansión inicial por el territorio ya ha sido tratada por mi compañera Cristina Rubio, de manera que se procederá a continuación a resumir el desarrollo arqueológico de la ciudad con el paso del tiempo.
Tras haberse instalado tanto la isla de Ortigia como en tierra firme, y haber conectado ambos asentamientos mediante un terraplén y un puente (Mayer y Rodà, 1998: 114), los griegos expandieron su área de actuación, quedando el territorio delimitado en los siglos VII-VI a.C, por las necrópolis del Fusco y la necrópolis al norte del barrio de Acradina, el primitivo asentamiento en tierra firme. El tipo funerario revela una influencia corintia, ya que se utilizaron sarcófagos de piedra y la cerámica más antigua es también de origen corintio, siendo el tipo más popular de la necrópolis (Boardman, 1983: 182). Los elementos de ajuar hallados durante las excavaciones revelan que los primeros habitantes no tenían un alto nivel económico, y que es a partir del s. VII a.C. cuando se produce un cambio sustancial en el valor del acompañamiento funerario. De la primera etapa se conocen algunas casas de planta cuadrangular de 3,5 x 3,5 m fechadas a finales del siglo VIII, organizadas entorno a calles de entre 2,5 y 3 metros de ancho, presumiblemente construidas ya en el s. VII a.C. Este tipo de viviendas son muy similares a algunas halladas en otras ciudades sicilianas contemporáneas, como en Megara Hyblea (Domínguez 2006: 272). La ciudad se abastecía de agua gracias a una red de acueductos cortados en la roca, fechados en su época más antigua en el s. V a.C.
Dada su privilegiada situación marítima y su riqueza, la demografía no hacía sino incrementarse, de manera que pronto se creó un tercer barrio más allá de las murallas de Acradina, denominado Tycha. Como seguía sin resultar suficiente, los límites de la urbe se expandieron hasta crear un cuarto y último barrio, el de la Neápolis, que en época helenística llegó a ocupar la antigua área funeraria del norte de Acradina. En este mismo siglo, el V a.C., se produjo un choque armado contra los atenienses, que se tradujo arqueológicamente en la construcción de una fortificación que conectaba Acradina con el collado Temenites; culminando en los últimos años del siglo en la construcción del castillo Euríalo, protagonista por el asedio cartaginés del 396 a.C. y tomado por los romanos en el 212 a.C.
El Castillo Euríalo es un gran enclave estratégico: al oeste se protegía por tres fosos sucesivos, por el sur el acceso estaba protegido por un puente levadizo; y en la zona norte la muralla realizaba un quiebro para proteger una puerta de acceso.
Vista aérea de los restos actuales del castillo Euríalo. Se observa perfectamente la planta rectangular del conjunto, con una serie de torres en su parte oeste. Fuente: Google Earth.
Al principio estaba constituido por un espolón triangular, sustituido posteriormente por cinco torreones de 15 metros de altura que le dotaban de planta rectangular. Además, un complejo sistema de caminos de ronda y de galerías subterráneas comunicaban el enclave y permitían el rápido desplazamiento (Mayer y Rodà, 1998: 115).
![]() |
Fuente: Google Earth - Panoramio. |
![]() |
Fuente: http://www.regione.sicilia.it/ |
A la izquierda, imagen de las torres originales de 15 metros, construidas en sillares de piedra. A la derecha, vista aérea de los restos del castillo.
En su momento de máxima expansión la ciudad contaba con 325 ha, y fue en este momento de desarrollo en el que se llevó a cabo una gran actividad edilicia, encontrándose en Ortigia el palacio de los tiranos siracusanos. Precisamente de esta época destaca uno de los elementos más conocidos de la ciudad: el altar de Hierón II (306-215 a.C.). Hecho en piedra, supone un ejemplo de arquitectura conmemorativa, en el que se realizaban sacrificios y ofrendas, pero además es el altar más grande del mundo antiguo, con planta rectangular y 198 metros de lado.
![]() |
Vista SW del altar de Hierón II. Fuente: Google Imágenes. |
![]() |
Vista cenital del altar de Hierón II, con el anfiteatro de fondo. Se observa perfectamente su planta rectangular, así como su gran longitud (198 metros de lado). Fuente: Google Earth. |
![]() |
Vista de la cávea, orchestra circular y vomitorio. Fuente: http://bajoelsoldesicilia.blogspot.com.es/2014/08/teatro-griego-de-siracusa.html |
En época romana sufrió primero una gran decadencia, poco a poco recuperada en tiempos de Augusto gracias a la instalación de una colonia, de la que proceden los restos romanos que pueden verse en la actualidad. El actual foro, por ejemplo, se instaló sobre la antigua plaza pública o ágora, de manera que existen zonas que no han podido ser investigadas con intensidad debido a esta superposición urbana. Otro de los restos bien conservados es el llamado gimnasio -probablemente un santuario de culto oriental- datado en el s. II a.C., compuesto por un teatro elevado con escena en forma de hornacina y un paramento de un templo itálico a modo de fachada. El anfiteatro, por su parte, tiene 140 x 119 metros y fue construido a finales del s. I a.C., aunque sufrió modificaciones en época severiana (Mayer y Rodà, 1998: 116). Existen más restos de época imperial, pero son arquitectónicamente menos significativos.
Vista aérea de los restos del anfiteatro y el teatro griego de Siracusa en el entorno actual. Fuente: Google Earth.
Bibliogrfía
-Boardman, J. (1983): Los griegos en ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica,Madrid: Alianza Editorial.
-Domínguez Monedero (2006): "Greeks in Sicily", Greek Colonisation. An account of greek colonies and other settlements overseas, vol. 1, pp. 253-259.
-Mayer, M., Rodà I. coords. (1998): Ciudades Antiguas del Mediterráneo, Barcelona: Lunwerg Editores.
-Pomeroy, S. et alii (2011): La Antigua Grecia. Historia Política, Social y Cultural, Barcelona: Crítica.
Recurso web
http://www.regione.sicilia.it/
María Ruiz Vega
"En su momento de máxima expansión la ciudad contaba con 325 ha", impresionante, me parece enorme, no tenía ni idea, me imagino este emplazamiento dando una imagen de magnificencia increíble.
ResponderEliminar"El tipo funerario revela una influencia corintia, ya que se utilizaron sarcófagos de piedra....(Boardman, 1983: 182)".
Ídem, no tenía ni idea de que existieran sarcófagos de piedra de esta época.
Dos cosas nuevas que he aprendido, gracias!
Gracias a tu por tu comentario Marisol. Cualquier duda ya sabes, estamos aquí para responder :)
ResponderEliminar