domingo, 20 de noviembre de 2016

De granero de Corinto a potencia económica y política mediterránea. Siracusa y el éxito colonial griego.

En esta entrada, como es costumbre,intentaré mostrar las características comerciales de la colonia y las relaciones de esta con su metrópolis además de rasgos de su importancia geopolitica. En el caso de esta semana, Siracusa, nos encontramos ante una compleja colonia la cual alcanzará un gran poder en el área centro-mediterránea. En esta entrada intentaré dejar claro su interesante y cuestionada interrelación y su interdependencia económica; además de tratar como Siracusa logró alcanzar esa situación y como la gran mayoría de teorías están basadas en una interpretación de los clásicos más que en unas muy escasas informaciones arqueológicas.

Siracusa, como ya hemos visto en la entrada de C. Rubio, fue fundada con un objetivo claramente agrario[1], sin embargo, su fundación vino acompañada de variaciones comerciales y crearía importantes cambios geopolíticos en el Centro Mediterráneo. Las primeras piezas corintias en el occidente mediterráneo (en Taras, Etruria y especialmente en Pitecusa) coinciden en el tiempo con la fundación de Siracusa al igual que las primeras imitaciones locales de este estilo cerámico; muestra de las variaciones comerciales con la aparición de Corinto como nueva hegemonía comercial.

El crecimiento de Siracusa irá muy ligado al desarrollo de Corinto durante los primeros siglos de la colonia.

De finales del siglo VIII a.C. a mediados del VI a.C. la producción y exportación fue pujante y dominante en los mercados occidentales nos solo por la calidad de la cerámica sino también sino también por los perfumes y aceites perfumados  que estas transportaban (como los pequeños aryballoi y alabastra), ambos producidos en la misma ciudad de Corinto (Salmon 1984: 115).


Ejemplo de aryballoi corintio pequeño que originariamente seria contenedor de perfume o aceites perfumados también producidos en Corinto.
“Corinth was the chief industrial state in Greece” (Dunbabin 1968: 227)[2]
Sus comerciantes buscarán en los mercados hierro y metales por la ausencia de estos en la Grecia Continental al igual que hicieron (y aún hacían) los eubeos en Etruria y Elba, tal y como se denota con la abundante presencia de cerámica corintia en esas áreas, aunque a diferencia de los eubeos no tendrán dependencia de la importación de cobre al tener acceso cercano a este (la cual cosa nos explicaría el porqué de la ausencia de restos corintios en Chipre.

Pero sin ningún lugar a dudas su gran carencia fue la dependencia de alimentos, esta búsqueda de fuentes de abastecimiento se denota en la bibliografía clásica, en la cual se llega a poner en la misma altura que el abastecimiento en Atenas. Salmon llega a situarla como la gran competencia de Atenas en el mercado mediterráneo del trigo. Siracusa sería una de sus mayores abastecedoras de grano, muestra de ello es el regalo de Hieron I de Siracusa (478-466 a.C) a un notable de Corinto, Arquiteles, por ayudarle económicamente durante una crisis política, este regalo destacaría por ser un gran cargamento de grano (Atenodoro 23 E-232/3)[3].

El potencial de Siracusa como productora agraria es bien conocido a través de las fuentes clásicas citado desde Estrabón hasta Cicerón.
"The city became very prosperous because it had both excellent natural harbourage and an extraordinarily fertile territory" (Strabo VI, 2.4)
La fundación de sus “subcolonias”, Acrae, Casmenae y Camarino reflejan los intereses de su metrópolis, Siracusa. Fueron fundadas en tierra a excepción de Camerino y probablemente carecieron de independencia alguna, estas muy probablemente tenían el objetivo de asegurar el control del rico territorio agrario en beneficio de Siracusa (Domínguez-Monedero 2011: 286).

Dirección de la expansión de Siracusa con el objetivo de controlar las ricas tierras agrarias de su periferia (Domínguez-Monedero 2011: 286)

De hecho la misma expedición ateniense a Sicilia que marcaría la derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), fue en parte motivada para tratar de frenar el abastecimiento de grano a la Península del Peloponeso reconociendo que este bloqueo afectaría especialmente a Corinto (Tucídides III 86.4)[4]. La importancia de Corinto en estas redes de materias primas agrarias se refuerza muy probablemente al actuar esta como redistribuidora de  trigo proveniente de occidente entre las ciudades de Grecia Continental.

Existen estrechas relaciones entre la colonia y la metrópolis atestiguada por embajadas y colaboraciones políticas, algo que se reforzaría con estas interrelaciones económicas (estos intercambios e interdependencias del trigo meterán a Siracusa en la Guerra del Peloponeso sin buscarlo), un ejemplo de ello es la petición de ayudar en el contexto de las Guerras Médicas (481 a.C) a Gelón de Siracusa (Herodoto VII, 153.1; 157-82).

Salmon discrepa de esas estrechas relaciones afirmando que dependiendo de la fuente se observa una mayor relación entre la colonia y la metrópolis, cita a Dunbabin (Dunbabin 1968: 244), quien sugiere que la tardía llegada de la cerámica ática a Siracusa sería por la estrecha relación comercial entre estos; Salmon afirma que no se han publicado suficientes materiales de Siracusa para decir esto y si eso fuera verdad la explicación sería que los mecanismos de distribución serían fuertes más que el hecho de que los siracusanos prefieran comprar a los corintios.
"Sentiment is not likely to have affected comercial judgement" (Salmon 1984: 388).

Cerámica corintia encontrada en la necropolis de Fusco, en las cercanías de Siracusa.

Sin embargo para Kagan los beneficios del sistema colonial corintio, beneficiaban tanto a las colonias como a la metrópolis. No solo por los intercambios con productos manufacturados sino por las ayudas militares mutuas en tiempos de crisis, además las colonias ayudarían a reforzar la figura de Corinto como gran intermediario comercial en las redes centro-mediterráneas.
"Such adventages made it no less desirable for the colonies than for the mother city to continue the close relationship". (Kagan 1958:18).

También se observa la relación política al marchar al exilio destacados personajes políticos a Corinto, como fueron el Rey Ducetios, Dionisio II entre otros.(Sanders 1987: 26)

Salmon sin embargo pone el ejemplo de la campaña ateniense 415-413 a.C para señalar que a pesar de que parezca natural la solicitud de ayuda a Corinto “por su relación” como dice Tucídides (Tuc. VI. 88.7), probablemente la intervención de Corinto fue tan decisiva y fuerte más por el odio a Atenas que por preocupación hacía su colonia. Además que muchas llamadas de Corinto a Siracusa no fueron respondidas, algo que Salmon ya avisa diciendo que la relación entre Siracusa y Corinto ya era poco definida desde sus inicios. (Salmon 1984: 388-394).

Con la cada vez más limitada política de Corinto y con una Siracusa cada vez más fuerte a causa de las políticas de Gelón[5] y posteriores tiranos las relaciones entre las dos ciudades fueron desapareciendo a la vez que Siracusa se hacía con el poder político de la costa oriental siciliana y con la hegemonía en toda la isla. En palabras de Dundabin, Siracusa era la única ciudad que tenía una flota suficientemente notable como para ser mencionada por las fuentes clásicas, además de una demostrada hegemonía terrestre que mantuvo a ralla a las veteranas tropas de Atenas y que luego le permitió acceso y control de las importantes rutas comerciales insulares (Dunbabin 1968: 199-201).


Amplio territorio controlado por Siracusa a inicios del s,V a.C. (Domínguez-Monedero 2011: 286)

Con Dionisio I (405-367 a.C), Siracusa se verá relanzada como potencia hegemónica en el Occidente griego (Sicilia y Magna Grecia). Esta hegemonía y su dinámica política y militarismo activo le hará ganar enemigos externos, especialmente Cartago, cosa que a la vez le hará estandarte del panhelenismo (Sanders 1987: 125).

Por desgracia no hay muchos que con evidencias arqueológicas muestren esta hegemonía económica que le llevaría a fricciones con Cartago (Consolo Lagher 1996: 41-49). Tampoco de las colonias que Dionisio I fundó en Italia y en el Adriático[6], zonas donde la influencia siracusana era bien tangible según las fuentes clásicas (Consulo Lagher 1996: 188-189).
Dionisio, el tirano siracusano decidió fundar ciudades  en el Adriático lo hizo con el propósito de controlar el mar llamado Jóneo, con el objetivo de asegurar la navegación hacia Lepiro y poseer ciudades donde poder atracar las naves. (Diodoro Siculo XV 13.1).
Hay bastantes debates sobre los proyectos de Dionisio I y si este era tan solo con el objetivo de recolocar en el trono  hepirota al rey moloso Alceta, exiliado en Siracusa. O si además también tenía la voluntad de asegurar las rutas en el adriático hasta entonces infestadas de piratería en unas rutas comerciales por las cuales pasaban ricas mercaderías de lujo y numerosas materias primas provenientes de occidente que iban a abastecer la Grecia Continental como caballos vénetos, estaño, ambar y grano de la zona de Pádua, lo cual era intercambiado por materias manufacturadas (Monte 2011: 56).

Para Monte todos estos movimientos políticos incluidas las fundaciones no serían más que un complejo proyecto para estabilizar una rica área comercial de las cuál se aprovecharía con esas nuevas colonias (Monte 2011: 57).

Sin embargo la carencia de estudios arqueológicos nos limita a aceptar fríamente las explicaciones de clásicos como Diodoro Siculo y Estrabón. Sin embargo, las posteriores políticas y tendencias de otros tiranos, nos indican una clara preocupación por controlar el mar y frenar la cada vez mayor presión cartaginesa, llegando a liderar las siguientes cuatro guerras Greco-cartaginesas (406-397, 382-368, 345-341, 315-388). Alcanzando complejas alianzas con galos, Cirene y el Egipto Ptolemaico destacando la gran campaña de Agatocles en África y el mismo asedio a Cartago entre el 311 y el 308 a.C. (Consolo Lagher 1996 pág. 151-152).

Su hegemonía y poder militar a partir de la muerte de Agatocles se debilitará, siendo incapaz de mantener las polis sicilianas que una a una se desvincularán de Siracusa. La hegemonía política será relevada por Epiro, y, tras la derrota de Pirro I, por Roma quién logrará el control de toda Sicilia en la Primera Guerra Púnica (264-241 a. C.) y en la Tercera (149-146 a. C.) derrotará definitivamente a la gran rival, Cartago.

Como se ha podido observar, buena parte de la información, especialmente del periodo helenístico, proviene de fuentes historiográficas más que arqueológicas, aunque G. Monti hace referencia a algunos estudios arqueológicos (aunque sin entrar a analizarlos) libros de importancia respecto la historia de Siracusa están basados en  interpretaciones escritos clásicos y numismática. De hecho sorprende que autores de los 80 como Salmon sean más críticos y cuestionen las fuentes con mayor dureza que otros más modernos. Es imposible y absurdo entrar a cuestionar la importancia geopolítica hegemónica de Siracusa, pero la falta de referencias arqueológicas de esas ocupaciones militares en otras polis, materiales comerciales en la misma Siracusa, entre otros restos en el occidente griego que evidencie esa influencia siracusanas nos puede hacer cuestionar hasta que punto las fuentes pueden haber exagerado y los autores modernos engrandecer y magnificar aún más su importancia basándose solo en suposiciones filológicas. 






[1] Aunque hay presencia de cerámica corintia anterior a la fundación de Siracusa, esta es demasiado anecdótica y insuficiente para afirmar una muy altamente improbable fundación comercial.
[2] Aun así, como todo sistema político-económico de la antigüedad, Corinto era plenamente agraria a pesar de ser uno de las principales industrias griegas, siendo los complejos industriales/artesanales solo una pequeña fracción de la producción y exportación corintia.
[3] Salmon comenta que aun siendo una noticia falsa, esta demostraría el alto valor del grano para los mercados de Corinto, ya que Hieron I se decidía a recompensar de esta forma una gran ayuda.
[4] Salmon hace estudios sobre la producción agraria de Corinto y sus carencias alimentarias respecto a su población. (Salmon 1984: 130-131).
[5] Como los desplazamientos demográficos y de artesanos hacia Siracusa y capitalización de esta.
[6] Citadas en las fuentes como Lissos, Issa, Pharos, Ancona y Adria. 


Bibliografía:

CONSOLO LANGHER, S.N. (1996): Siracusa e la Sicilia Greca: Tra età arcaica ed alto ellenismo. Società Messinese di Storia Patria, Messina. 

DOMINGUEZ-MONEDERO (2006): "Greeks in Sicily", en G.R. Tsetskhladze (ed.) Greek Colonisation. An Account of Greek Colonies and Other Settlements Overseas. Vol. I. Leiden. 253-357.

DUNDABIN, T.J. (1968): The Western Greeks: The history of Sicily and South Italy from foundational of the Greek colonies to 480 B.C, Oxford Universiy Press, Oxford.

KAGAN, D. (1958): Polithics and Policy in Corinth, 421-336 B.C. University Microfilms International, Michigan.

MONTE, G. (2011): La dynasteia di Dionisio I di Siracusa política ed economica. Tesi di Laurea: Università degli studi di Palermo, Palermo.

SALMON, J.B.(1984): Wealthy Corinth. A history of the city to 338 a.C. Clarendon Press, Oxford.

SANDERS, L.J. (1987): Dyonisius I of Syracuse and Greek Tyranny. Croon Helm, New York.



Carlos Palacín Copado

3 comentarios:

  1. "Sorprende que autores de los 80 como Salmon sean más críticos y cuestionen las fuentes con mayor dureza que otros más modernos"

    El artículo es muy potente, me ha parecido que está muy bien explicado, además al introducir la frase arriba descrita, abres un debate muy interesante sobre las criterios a seguir para investigar, recibiendo nuevas corrientes no tan enfocadas a los textos antiguos.
    Marisol

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    1. Muchas gracias Marisol!
      Lo cierto es que me sorprendió que una ciudad con tanto potencial para la investigación como es Siracusa a penas se haya explotado por los académicos. En parte puede entenderse debido al gran numero de referencias y gran material filológico que dan para investigar las obras clásicas sobre Siracusa; un material que, por desgracia, sin un trasfondo arqueológico y científico quedan relegadas a simples narraciones subjetivas. Sin duda alguna aún queda mucho por investigar para acabar de aclarecer la geopolitica de las colonias en occidente.

      De nuevo, muchas gracias por tu comentario.

      Fdo. Carlos Palacín Copado

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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