Esta semana haremos una inmersión en la apoikia de Mégara Hiblea, a través de la
cual completaremos la imagen del proceso de la colonización griega en la parte
oriental de la isla de Sicilia. Dicha colonia siciliana se caracteriza por ser
una de las mejor conocidas desde el punto de vista arqueológico, debido a las
intervenciones que se han realizado en el terreno. Además, es la ciudad ideal para
estudiar el modelo urbanístico de los inicios de la presencia griega en esta región, ya que debido a su buen estado
de conservación se ha podido trabajar sobre los restos del periodo arcaico
(s.VIII a.C.), (tema que ampliará mi compañera María en su entrada) (Cerchiai
2004: 194; La Torre 2011: 48).
Mégara Hiblea fue
la única colonia fundada por colonos megarenses, los cuales eran de origen
dorio, procedentes de la región de Mégara Nisea (ciudad situada a medio camino entre Corinto y
Atenas), los cuales fueron dirigidos por
el oikistes Lamis. En la ciudad se han hallado unos restos
en el sur del ágora que algunos especialistas han definido como el Heroon, lugar donde, probablemente, fue
enterrado el oikistes y se le rindió
culto. Además, se han hallado los restos
de dos construcciones que se han vinculado con un pritaneo, donde se debió depositar y custodiar el fuego sagrado después del rito fundacional de la nueva polis (para conocer más sobre la
fundación de una apoikia ir a la
entrada de Poseidonia)(Cerchiai 2004: 194 – 200; Menéndez 2003: 35).
La nueva apoikia dórica está ubicada en el fondo del actual golfo de Augusta en la costa oriental de
Sicilia. Se erigió en una llanura elevada a unos 20 m sobre el nivel del mar,
la cual está articulada en dos pequeñas planicies que los arqueólogos han
denominado como Plateau N y Plateau S. Además, es una zona donde no se
encuentra un puerto natural, pero si un fondeadero bien protegido (Boardman 1975: 183; Menéndez 2003: 26 - 28).
Al norte estaba
limitada con el rio Cantera, y al sur por el San Cusmano; al este a poca
distancia se hallaba la costa por lo que su expansión territorial se produjo
hacia el oeste, hasta los montes Hibleos. Además, fue una región muy codiciada
por las colonias de Siracusa y Leontinos, cosa que supuso que Mégara Hiblea
fuera una especie de área neutral entre ambas regiones (Cechiai 2004: 197; Domínguez
2006: 277 – 279; Menéndez 2003: 28).
Ubicación de Mégara Hiblea con respecto a la colonia de Siracusa y Leontinos (Cerchiai 2004: 12) |
Por otro lado, Mégara
Hiblea junto a las colonias de Siracusa y las calcídicas de Naxos, Leontinos y
Catania es considerada como uno de los establecimientos griegos más antiguos de
los asentados en Sicilia, la cual ha sido encuadrada dentro de la fase del
tardogeométrico. En cuanto a la cronología de la fundación, las fuentes
clásicas, como Tucídides (VI, 4), el cual aporta la información más precisa
sobre la cronología de la fundación de esta nueva colonia, afirma que esta apoikia se estableció en el lugar 245 años antes
de la destrucción de la ciudad por parte del tirano Gelón de Siracusa, hecho que
se produjo en el 483/2 a.C. Esto ha permitido establecer que la fundación de la
apoikia se debió producir en el 728/727
a.C. (Cerchiai 2004: 194; Guzzo 2011: 181; Menéndez 2003: 27).
Sin embargo, el problema
surge cuando se intenta buscar la concordancia entre lo que aparece en los
testimonios clásicos y los resultados que aportan los análisis del material arqueológico, los cuales ofrecen una datación más alta que situaría
la fundación alrededor del 750 a.C. Esto supone que el origen del asentamiento
se cifre hacia la mitad del s.VIII a.C. y no a finales, como indican los
autores clásicos. Pero, en la actualidad, entre los especialistas la cronología
ofrecida por Tucídides es la más aceptada, indicando que los hallazgos arqueológicos
que presentan una datación más alta podrían ser el resultado de la frecuentación
de la zona por parte de los griegos en un momento pre-colonial (Cerchiai 2004:
194; Domínguez 1989: 255; Menéndez 2003:
27).
El
establecimiento de esta apoikia se
caracterizó por ser un proceso más complejo que el del resto de las colonias
sicilianas. Gracias al testimonio de Tucídides (VI, 4.1)
hemos podido conocer las peripecias que sufrieron los megarenses antes de
establecerse definitivamente en Mégara Hiblea. Este autor indica que en un primer momento los
colonos dirigidos por Lamis llegan a Sicilia y se asientan en una región conocida
como Trótilon, de donde fueron expulsados, aunque se desconocen las causas. De esta
manera, se establecieron en Leontinos, ciudad en la que convivieron con los calcídicos durante un tiempo, aunque
tiempo después volvieron a ser echados. Estos colonos exiliados de estas
regiones se dirigieron a la isla de Thapsos, donde el okistes murió, y la expedición
tuvo que ser continuada por la persona de confianza de Lamis, el cual fue
elegido por los colonos, de esta manera, los megarenses abandonaron esta ciudad
para conseguir sus objetivos de establecer una colonia autónoma. No fue hasta
que el rey sículo Hiblón les ofreció un trozo de tierra cerca de la costa que los
megarenses consiguieron establecerse en un territorio, donde fundar y
desarrollar una apoikia autónoma y
propia, la cual llamaron Mégara en honor a la metrópolis e Hiblea en honor al
rey sículo (Boardman 1975: 183; Cerchiai 2004: 194 – 196; Domínguez 2006: 275; Guzzo
2011: 171).
Localización de los primeros lugares donde se establecieron los colonos megarenses antes de asentarse en Mégara Hiblea (https://es.wikipedia.org/wiki/Tapso_Italia) |
Seguidamente, el por
qué el rey sículo les permitió asentarse en este territorio ha generado un gran
debate entre los investigadores. Por un lado, consideran que el rey Hiblón les
concede esta área porque de algún modo es suya o puede llegar a serlo, lo que
conllevó que el establecimiento de los
megarenses se produjese de forma pacífica, esto justificaría la inexistencia de
estructuras defensivas en este primer momento. También, se piensa que esto se
pudo producir debido a la necesidad de
tener unos aliados griegos en la zona por parte de este rey, ya que cuando se
produjo esta cesión de tierras era un momento en que el rey sículo se empezaría
a sentir amenazado por las ciudades de Siracusa y Leontinos y sus ambiciones expansionistas.
En cambio, otros afirman que esta concesión se llevó a cabo con el objetivo de
evitar que los griegos a su llegada expulsaran a los sículos, como había sucedido
en otras regiones (Siracusa o Leontinos), de esta manera, Hiblón trató de
asegurarse una cierta amistad con los recién
llegados, a través de la otorgación de tierras (Domínguez 1989: 267 - 269 – 271;
Domínguez 2006: 275; libro rojo: 48).
Fuera cual fuera la
verdadera causa, es un acuerdo a través del cual ambas partes debieron resultar
beneficiadas y lo que está claro es que
esta concesión implica unos contactos previos entre ambos, es decir, no habría
concedido ciertas tierras a unos griegos desconocidos, sino totalmente lo
contrario, hechos visibles a través de los hallazgos en la necrópolis de
Villasmundo (valle Marcellino) que han testificado la presencia griega en la
zona desde principios del s.VIII a.C. Dichas relaciones se podrían haber producido cuando los
megarenses estaban en Thapsos, y que esta se habría abandonado como
consecuencia del acuerdo logrado. Además, estos hechos tan complejos que
envuelven la fundación de Mégara Hiblea demuestra la falta de un diseño
político claro entre los megarenses, lo que supuso varios años de inestabilidad
antes de encontrar su lugar definitivo (Domínguez 1989: 268; Domínguez 2006:
275 - 276).
Finalmente, a pesar
del amplio conocimiento que se tiene sobre esta colonia, Mégara Hiblea es una
ciudad en la que es difícil establecer las relaciones entre griegos e
indígenas, ya que se conoce muy poco, incluso algunos investigadores como
Vallet, Villard o Auberson han llegado a afirmar que cuando los megarenses se establecen
definitivamente en la costa oriental siciliana la población indígena es
inexistente. Las fuentes apenas ofrecen información
de los sículos con los megarenses más allá del momento de fundación de la
colonia, aunque arqueológicamente se ha observado la integración de ambas
culturas en la ciudad, hecho visible a través de la necrópolis meridional de
Mégara Hiblea donde se observa a través
de los ritos funerarios la adquisición de prácticas griegas por parte de los
indígenas y viceversa (Domínguez 1989: 270).
Bibliografía
Boardman, J.
(1975) Los griegos en ultramar: comercio
y expansión colonial antes de la era clásica, Madrid.
Cerchiai, L.; Jannelli, L.; Longo, F. (2004) The Greek Cities of Magna Graecia and
Sicily, Los Ángeles.
Domínguez
Monedero, J.A. (1989) La colonización
Griega en Sicilia. Griegos, Indígenas y Púnicos en la Sicilia arcaica:
Interacción y Aculturación, tomo 1, Oxford.
Domínguez Monedero, J.A (2006): "Greeks in
Sicily", en G.R. Tsetskhladze (ed.) Greek Colonisation.
An Account of Greek Colonies and Other Settlements Overseas. Vol. I.
Leiden. pp. 253-357.
Guzzo, P.G (2011) Fondazioni greche. L'Italia meridionale e la Sicilia (VIII e VII sec.a.C.). Roma.
La Torre, G.F (2011): Sicilia e Magna Grecia. Archeologia della colonizzazione greca d'Occidente. Roma.
Menéndez Varela,
L.J. (2003) Consideraciones acerca del
origen y la naturaleza de la ciudad planificada en las colonias griegas de
Occidente,Oxford.
Cristina Rubio Vicens
En primer lugar quiero felicitarte Cristina por la entrada, y al resto de compañeros que contigo componen el blog por aportar un conocimiento ampliado al establecimiento griego en Sicilia.
ResponderEliminarVoy a formularte una cuestión que, si bien podría haber expuesto en cualquiera de las demás entradas, verdaderamente creo que aquí tiene mayor sentido ya que gira en torno a las relaciones establecidas entre colonos e indígenas en este área de expansión de la cultura griega, y al hilo del "curioso pacto" establecido entre griegos e indígenas para el establecimiento de la apoikía que nos comentas.
¿Conocéis si las élites indígenas adoptan o modifican sus hábitos funerarios tras la llegada de los colonizadores? Me refiero a grandes cambios, no solo a acompañarse de algunas piezas cerámicas o de orfebrería de procedencia griega, sino a si monumentalizan sus tumbas, generan nuevos modelos de enterramiento diferentes a lo practicado con anterioridad, si se hacen acompañar de armas, grandes ajuares cerámicos o elementos de prestigio, como pudieran ser los carros. ¿Hay alguna evidencia de esto, o por el contrario no se conoce una modificación sustancial de sus hábitos?.
Particularmente me interesa conocer este aspecto en tanto puede dar para un análisis comparativo entre lo hecho por los indígenas de Sicilia y lo ocurrido con las poblaciones ibéricas, muy influenciadas en la composición de sus ajuares y en la monumentalización de sus tumbas por fenicios y griegos.
Mil gracias por adelantado.
Gracias Adrián por tú comentario. La pregunta es bastante interesante.
EliminarEn primer lugar, Mégara Hiblea es una de las colonias en que los especialistas han tenido más dificultades para establecer como debió ser la
relación entre los indígenas y los colonos, aunque a través del ritual funerario se ha podido observar la presencia indígena en la zona.
En la necrópolis meriodional de Mégara Hiblea es en la única en la que han aparecido tumbas más considerablemente ricas, las cuales se caracterizan por presentar un rito peculiar, el cual consiste en la cremación del cuerpo y inhumación del cráneo. Este hecho, se ha interpretado como un indicio de la asimilación por parte de los indígenas del ritual funerario griego que en Mégara Hiblea predomina la inhumación.
Por otro lado, en unas excavaciones que se realizaron en la nombrada necrópolis se identificaron 6 tumbas en las que los cuerpos de los difuntos aparecieron encogidos, forma de enterramiento que por los especialistas se ha vinculado con los indígenas, esto se ha interpretado como que los indígenas a pesar de estar integrados en la colonia griega aún conservaban sus tradiciones funerarias, aunque algunos autores consideran que podría ser una influencia por parte de los indígenas sobre los colonos griegos.
En definitiva, está clara la influencia griega, aunque a la inversas es un tema discutido.
En cuanto a los ajuares no tengo ninguna información, aunque si encuentro alguna cosa te lo haré saber. Espero haber respondido a tú pregunta, aunque si queda alguna pregunta no dudes en preguntar.
Un saludo
Cristina Rubio
Muchas gracias Cristina por tu respuesta. Satisface mi curiosidad hasta cierto punto, ya que aún sigo teniendo interés en conocer más acerca de cambios más importantes en el registro funerario indígena que evidencien un mayor calado en la relación entre ambos pueblos. Estaremos atentos a este asunto conforme la arqueología desvele nuevos datos. Un saludo.
Eliminar"Mégara Hiblea donde se observa a través de los ritos funerarios la adquisición de prácticas griegas por parte de los indígenas y viceversa (Domínguez 1989: 270)".
ResponderEliminarMe ha encantado este final, dejas abierta la puerta para que la imaginación siga soñando con encontrar un objeto, un texto, algo, que demuestre que hubo relación y mestizaje entre indígenas y colonos.
"Mégara Hiblea donde se observa a través de los ritos funerarios la adquisición de prácticas griegas por parte de los indígenas y viceversa (Domínguez 1989: 270)"
ResponderEliminarMe ha encantado el final del artículo, dejas abierta la puerta para que la imaginación siga trabajando mientras es encontrado un trozo de cerámica, un texto, una moneda, algo, que nos muestre que el mestizaje fue posible.
Marisol
Me alegro que te haya gustado la entrada, gracias por tú comentario y si tienes alguna cuestión, no dudes en preguntar.
EliminarUn saludo.
Cristina Rubio